Simplemente brutal, tiene esa belleza de piel, de cuerpo, de gestos, de sonrisa, que me recuerda tanto a colombianos como brasileños y que son uno de los ejemplos más claros de la belleza total, fruto de las mezclas de sangres, del ambiente cálido que les permite exhibirse y gozar de esos cuerpos gloriosos, lujuriosos, siempre activos, siempre dispuestos a introducirse por conductos angostos, visitarte hasta lo más hondo y si se sienten agradecidos, perforarte, horadarte, barrenarte para al final escupir sus vergajos de lefa que calentarán un tiempo tu vientre, casi con la misma sensación virginal de haber sido preñado. Gran Joâo.