¿Qué se puede decir de este Liel Cohen? judío hasta la médula.
Tiene la suerte, además, de vivir en esta época en la que con la pandemia y otras cosas se ha impuesto la moda de las perillas y barbitas que les dotan de una mayor dureza y prestancia física a estos machitos. Seguramente si les afeitáramos perderían parte de su encanto viril.
A mí me entusiasma esta moda, me gusta mucho ver esas barbas que unen más de lo que creyeran a judíos, palestinos, árabes y gentes de Medio Oriente, que en cuestión de virilidad pueden competir con cualquiera.
Hace ya mucho tiempo que los mejores ejemplares de machos dejaron los testosterónicos gimnasios de muchachos hormonados hasta casi estallar.
Acá están, con sus pelitos disponibles y con su virilidad.
Si lográramos que se generalizara de nuevo la moda de lucir pelo, donde sea, donde nace, donde más nos excita, creo que volverá a aumentar la natalidad ante la impresión de esos machos cabalgándonos infatigables a los que les ofrecemos nuestro agujero para sus prácticas equinas.
Viva la monta y que vivan las cópulas.