tramitecaliente escribió:Me pasa lo mismo, mis amigos nunca me ha despertado un deseo sexual y todos son heterosexuales, he de aclarar que tampoco tienen físicos de modelos XXX, pero meditando un poco no solo con los chicos de buen cuerpo me he calentado... pero al menos en mi caso no con un amigo, ni nadie que tenga relación conmigo.
No soy de andar acosando a nadie no es mi estilo, pero recuerdo que en mis epocas de adolescente acudía a un Gym, ahi había un Sr Jovén que era cliente del lugar y amigo de los propietarios, el Sr tenía como unos 40, casado y con hijos pequeños, estaba guapisimo, un cuerpo barbaro, masculino, muy guapo rubio y de ojos verde intenso.
Siempre lo admiraba en secreto cuando hacia su rutina, una ocasión yo estaba haciendo ejercicio con una pesa y de repente que me habla y me dice que lo estaba haciendo mal, el me puso el ejemplo y recuerdo que despues se puso a instruirme la verdad tenerlo tan cerca me hacía sudar mas que por el esfuerzo físico.
A partir de ese momento lo saludaba, pero nunca fuimos amigos, en los vestidores, le sacaba platica sobre tips, dietas, etc. la verdad eran puros pretextos pues lo hacía para ver como se cambiaba de ropa, nunca le ví desnudo pero si en diminutos interiores, el Sr no se duchaba ahi, venía de su trabajo se quitaba la ropa formal y se ponía la deportiva, terminaba su rutina y se iba directo a casa.
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Ahora que leo detenidamente lo tuyo deseo agregar una experiencia personal. Siempre he practicado deportes y crecí en gimnasios y campos de deportes, así conocí a un compañero de equipo en 800 metros llanos (representábamos al estado provincial) que luego también fue mi compañero de estudios en el colegio, egresamos y luego también nos inscribimos en la universidad. La noche de egresados fuimos a bailar con nuestras respectivas novias y tras dejarlas en sus casas volvimos a terminar la noche brindando con otros egresados. Terminamos todos en una casa de campo donde finalmente caímos rendidos. Estábamos en el cuarto cantando aún y leyendo las dedicatorias que nos habían escrito compañeros y compañeras en la tarjeta de acceso a la fiesta, algo alegres y emocionados por la experiencia, recuerdo que él me leyó su dedicatoria mientras yo lo miraba y sonreía porque lo veía muy emocionado. Terminó de leerla, se acercó y me besó en los labios. Quedé helado, sólo atiné a abrazarlo y nos quedamos allí sin decir nada. Cuando pude reaccionar me levanté, cerré la puerta y volví a la cama junto a él. Lo besé y nos besamos. Fue una noche inolvidable porque yo siempre lo quise y a veces temía que él se diera cuenta cuánto. La chica que entonces salía conmigo nos cargaba y eso me asustaba más (yo apenas tenía 17 años). Esa experiencia nunca se repitió. Él está casado con aquella novia. Yo no. Seguimos siendo amigos pero jamás hablamos de aquella noche. Seguimos practicando deportes y compartimos muchas cosas aún. Por supuesto que sigo queriéndolo igual.