En la última década Buenos Aires se posicionó como un destino abierto a la diversidad sexual. Una amplia oferta cultural, artística y social, junto a una legislación de avanzada, la convirtieron en una de las ciudades más elegidas por lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
A nivel mundial, Buenos Aires está en el puesto 43 en un ranking "gay friendly", elaborado por la consultora internacional NestPick. El trabajo se conoció el año pasado y se centró en los lugares que ofrecen a la comunidad LGBT una mejor calidad de vida. En total, incluyó más de 100 ciudades de 80 países.
La apertura de los porteños hacia lesbianas, gays, bisexuales y transgénero fue uno de los puntos en los que más se destacó la Ciudad. En tanto, los derechos hacia la comunidad también le proporcionaron mérito.
En la Argentina, la Ley 26.743 de Identidad de Género, aprobada en 2012, declaró que todo individuo tiene derecho a ser tratado con el género con el que se autoperciba, corresponda o no al sexo asignado en el nacimiento. Además, dos años antes, el país fue el primero en Latinoamérica y el décimo en el mundo en avalar el casamiento entre personas del mismo sexo. Y esa apertura a la diversidad sexual, legitimada en las normas, también tracciona turismo.
El segmento representa el 15% del gasto mundial en turismo. Alrededor de 445.000 turistas del sector visitan Buenos Aires, según datos del Instituto Nacional de Promoción Turística. Tienen algunas características que pueden puntualizarse: son pasajeros frecuentes, gastan plata, son exigentes en los servicios, tienen entre 30 y 50 años y, en una proporción amplia, vienen de Europa (en especial, de Alemania, España e Italia), de Estados Unidos, Colombia y Brasil.
Para ellos, el Gobierno porteño viene delineando una agenda que incluye festivales -BA Diversa-, propuestas de tango queer, muestras de arte, charlas, eventos deportivos y espectáculos de Drag Queens, entre otros eventos.