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Cómo nos culturizamos

General || Actualidad y cultura, pasado y futuro, también desde el punto de vista gay.
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alfpeen
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“COCTEAU Y ESPAÑA”

Cocteau fue sin duda una de las figuras más brillantes y polémicas del mundo artístico francés de su tiempo. Hombre polifacético que supo cultivar todos los géneros, poeta, novelista, dramaturgo, pintor y ensayista, nació en Maisons-Laffite en 1889 y murió en Milly-la-Foret en 1963. Huérfano de padre desde los diez años, fue educado por su madre y su abuelo materno, hombre de mucho mundo y amigo de artes, en cuya casa conoció a las celebridades de la época. Entre sus obras escritas más importantes figuran Poesías (1920); la novelas Tomás el impostor (1923), Los niños terribles (1929) y Opio (1930); entre sus piezas teatrales hay que destacar Romeo y Julieta (1924), Orfeo (1926), Los caballeros de la mesa redonda (1936-37) y La corrida del primero de mayo.
La exposición "Cocteau y España" refleja la enorme atracción mutua sentida a lo largo de la historia por las culturas española y francesa. Jean Cocteau fue heredero de este intercambio cultural mostrando en sus diversas facetas no sólo un extraordinario interés por nuestro país concretado en viajes y amistades, sino también un conocimiento profundo de la realidad cultural española.
El recorrido por la muestra que ahora se presenta se inicia con una sala dedicada a fotografías de Cocteau con sus amigos Picasso, Luis Miguel Dominguín, Luis Escobar, Luisa Ortega, Edgar Naville y Ana de Pombo, entre otros, que testimonia los viajes que Cocteau hizo a España a partir de Julio de 1953, en los que recorre Barcelona, Madrid, Sevilla y Marbella. En la misma, junto a primeras ediciones de "La corrida del 1 de Mayo" y "La oda a Picasso" se incluyen algunos manuscritos como una carta a Luis Buñuel y un cuaderno de dibujos que dedicó a España en Julio de 1961.
A continuación, la segunda sala recorre una selección de aproximadamente 80 dibujos, quince cerámicas y los paneles que realizó para la tienda de Ana de Pombo. A través de los dibujos que recogen los lances, y de los trazos que retratan a toreros como El Cordobés, Curro Romero, o cantaores y bailarines como El Güito y El Caracol, se testimonia el enorme impacto que el ambiente español produjo en el artista francés.



Imagen Imagen Hacemos una referencia a los dibujos de Cocteau por que Mahiques está muy cercano a ellos, quizá más caóticos, como toca en estos tiempos de amplitudes culturales y pérdida de referencias.
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alfpeen
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Gide, André
Nacionalidad: Francia
París 22-11-1869 - París 1951
Poeta, novelista y dramaturgo

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http://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%A9_Gide

ya hemos hecho referencia en el hilo de literatura a sus obras
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Ma Rainey

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http://www.apoloybaco.com/gerttrudimara ... grafia.htm

http://www.queermusicheritage.us/jun2004.html


La presencia de las lesbianas en la cultura norteamericana de comienzos del Sglo XX: Harlem, el jazz y sus letras

En el ambiente del jazz y en particular durante el fenómeno cultural que se denominó Renacimiento de Harlem, debido al ambiente de tolerancia y libertad imperante se desarrolló una suerte de subcultura gay, donde se encontraban varias figuras conocidas, tal como lo ha descrito Eric Garber y Garth Tate. El nombre surge del título de un libro de Alain Locke, que era una recopilación de ensayos, poesías, ilustraciones, etcétera que abarcaba, a muchos de los representantes de la cultura negra.
El entorno del jazz fue en sus comienzos un ambiente under y contracultural lo cual propició ciertas libertades que no se daban en los ambientes más convencionales. En ese entonces, cantantes y músicos como Alberta Hunter, Bessie Smith, Ethel Waters, Josephine Baker, Fletcher Henderson, Duke Ellington, Edith Wilson y el gran Louis Armstrong convirtieron la música negra en una poderosa arma artística y conmovieron las estanterías de la música folk norteamericana.
Harlem era una comunidad compleja en una nación compleja y hostil, donde la ridiculización y el menosprecio de los negros era habitual. Para demostrar esto basta con algunos ejemplos tales como la creación en el año 1909, por un empresario blanco llamado Anselmo Barrasso, de la TOBA, Theater Owners Booking Association, una red extendida por todo el país, que involucraba, teatros, salones de fiestas, circos, y diferentes lugares destinados a la diversión y esparcimiento del público negro. La razón era que la segregación racial les impedía a los negros acudir a espectáculos junto a gente blanca. Las condiciones de trabajo en este circuito eran humillantes asimismo como el salario escaso que percibían los artistas, de modo tal que popularmente los mismos artistas re-definieron el significado de la sigla TOBA como Tough On Black Asses, que cuyo significado se traduce en “duro con los culos negros”.
La participación en la guerra del 14 alentó algunas esperanzas en muchos negros o afroamericanos (en la comunidad existen discusiones sobre como llamarse a sí mismos y tratar de eliminar aquellas denominaciones “políticamente correctas” como el uso de la expresión personas de color, incluso el término afroamericano ), de conseguir cierto reconocimiento social. A pesar de la esperanza de muchos de ellos cuando durante la primera guerra mundial fueron llamados a servicio (incluso hubo grandes discusiones si realmente los negros debían participar en una guerra ya que carecían de derechos en su propio país), de que luego se les reconocieran sus derechos civiles, al finalizar la guerra esto no fue así, continuó la relegación económica, así como social, el gobierno de Wilson siguió siendo hostil y opresivo.
Ante toda esta situación surgió como respuesta lo que se dio en llamar el Nuevo Negro, tal como en ese entonces ellos mismos se denominaban. Este Nuevo Negro, ya no iba a aceptar el abuso y la explotación. Ya no iban a aceptar la resignación como destino, ni conformarse con una especie de justicia divina en otra vida una suerte de conformismo espiritual que muchas religiones llevan en sí. Comenzarían entonces a exigir, reivindicar sus ideas y a dejar en claro que estaban preparados para luchar y obtener su libertad a cualquier costo. En un poema de Claude Mc Kay considerado el primer poeta de este período, esto quedaría claro, el título del poema era If we must die. Publicaciones negras empezaron a surgir y otras a incrementar sus ventas, algunas de ellas fueron "The Crisis", "Opportunity", "The Messenger" y "Negro World" , estas publicaciones se distribuían no sólo entre las comunidades negras de EEUU, sino también, en el Caribe, en Latinoamérica y en África.
Si bien a finales de siglo XIX Harlem era un barrio de clase media alta blanca, algunos negros de clase media comenzaron a mudarse a mediados de la segunda década del siglo XX. Así fue como lentamente Harlem fue poblándose de negros hasta convertirse en la más grande comunidad de negro hasta ese entonces. Allí se conjugaba gente de todas las profesiones así como de todas las clases sociales, sin distinción. Donde muchos de ellos lo único que tenían en común era la herencia africana.
En tanto surgía esta nueva visión, la situación económica de la mayoría se dificultaba cada vez más, la dificultad de encontrar empleo para la mayoría era enorme. De tal modo la situación económica de los negros empeoraba paulatinamente lo cual se tradujo en dificultades obvias como lo puede ser encontrar vivienda, de tal modo para paliar o como solución para esta situación, muchos de quienes poseían ya sea por alquiler o en propiedad casa empezaron a alquilar habitaciones a fin de lograr mantener la misma. Esto trajo como consecuencia superpoblación en ese barrio. Dicha superpoblación trajo muchos inconvenientes, entre ellos, condiciones de inseguridad e insalubridad en ese espacio urbano, hasta tal punto que en cierta ocasión se dijo en una comisión para la reforma de las viviendas, que “el estado no permitiría que las vacas vivieran en uno de esos apartamentos que habita la gente de color”. Eso fue caldo de cultivo para el crimen, la violencia y las enfermedades. En ese ámbito se desarrollaron muchas actividades lo cual incluyó aspectos negativos por ende, como un gran auge de contrabando de licor, venta de cocaína, prostitución, muchas actividades que le dieron a Harlem la fama de ser una ciudad muy abierta, donde todo lo que era considerado tabú podía conseguirse fácilmente.
Un factor básico para ese desarrollo fue la migración de gente negra del sur de EEUU hacia el norte, hacia las áreas industrializadas que ofrecían mejores oportunidades de empleo o de logros económicos. Dicha emigración debido a su importancia se conoce en ciertos círculos como la Gran Migración. De esa manera se formaron y desarrollaron grandes comunidades negras, en Detroit, Chicago y Búfalo y por supuesto la más grande fue en Nueva York: Harlem. Allí se reunieron, profesores, maestros, policías, empresarios, personas acaudaladas formando una comunidad muy rica, de lo que ellos mismos llamaron Nuevos Negros. La música: el blues y el jazz, que hablaban de la miseria, de la pobreza, del amor, orgullo, hasta la homosexualidad, a veces ridiculizando figuras como el de las bulldagger o los sissies pero sin odio, otros temas reivindicando la homosexualidad.
Esta suerte de ebullición era también una celebración de optimismo sobre el futuro de la América Negra, y el Nuevo Negro. Precisamente en un ambiente donde la “marginalidad” se reunía, se toleraba o había una mayor apertura hacia el homosexual y las manifestaciones homosexuales, tanto en la letra de las canciones como en ciertas publicaciones.
Habiendo sido con anterioridad un barrio predominantemente judío, a partir del siglo XX Harlem comenzó a ser habitado principalmente por negros. Muchos de los escritores y poetas más aclamados de esa época lo habitaron, entre ellos Langston Hughes, Countee Cullen, Richard Bruce Nugent, y Wallace Thurman.
Estos fueron apadrinados por un profesor de la universidad Howard, residente de Harlem también, uno de los pioneros del llamado Renacimiento de Harlem: Alain Locke. Sólo uno de ellos Nugent escribió abiertamente sobre la homosexualidad, otros pueden ser leídos desde un código gay, tal como algunos poemas de Cullen: Young Sailor y Waterfront Streets. Muchos de los hombres del círculo de Locke vivían juntos en lo que Zora Neale Hurston, bautizó como Niggerati Manor.
En el año 1926, Thurman, Nugent, Hughes, entre otros fundaron una publicación denominada FIRE, publicación que generó controversia inmediatamente cuando apareció el primer ensayo gay titulado Smoke, Lilies and Jade escrito por Nugent. Fue una pieza autobiográfica, que incluían veladas descripciones sobre una noche de sexo entre dos hombres: Alex, un joven artista Negro y su Latin lover Beauty. La afirmación del autor de que se “puede amar a dos sexos al mismo tiempo” produjo un escándalo. La publicación no se volvió a publicar.



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(viene del post anterior)

Asimismo hubieron escritoras lesbianas, entre ellas Nella Larsen y su novela Passing, sobre una mujer negra, la cual ha sido “leída” por criticas contemporáneas como una lesbiana pasando por heterosexual. También tenemos la figura de Angelina Weld-Grimke que publicó poemas y obras sobre temas como la raza, pero dejó tras sí muchos poemas de amor sobre mujeres, con títulos como Rosalie," "If," "To Her of the Cruel Lips," "El Beso," "Autumn," "Give Me Your Eyes," "Caprichosa," y "My Shrine. Igualmente la presencia de otra mujer llamada Alice Dunbar-Nelson, a pesar de haberse casado varias veces con hombres, las mujeres fueron significativas en su vida, y según algunos críticos han influenciado en algunas de sus obras, como por ejemplo This Lofty Oak, donde al parecer uno de sus personajes estaba basado en una de sus amantes llamada, Edwina B. Kruse, se le conocieron otras mujeres, entre ellas una periodista llamada Fay Jackson Robinson, y una artista cuyo nombre era Helene Ricks London.
En ese ambiente de fraternidad, progreso y esperanza se reunieron entonces muchos músicos, animadores, artistas y escritores negros. La música que los unía era el jazz y el blues. El gran tema del llamado Renacimiento un período de efervescencia política e intelectual, que Langston Hughes caracterizó como la época en que “el Negro estaba de moda”, era una creciente conciencia de orgullo de los afro americanos, pero también hubo un gran componente homosexual.
Gays y lesbianas podían interactuar con cierta libertad. De todos modos a pesar de toda esa apertura, muchos preferían ser discretos en cuanto a su sexualidad, aparte de problemas que debían enfrentar, tales como segregación, desempleo, alquileres altos, también debían enfrentar a la policía, y el desarrollo de instituciones mentales. La homosexualidad era considerada o un crimen o una enfermedad. Mabel Hampton, fue arrestada engañosamente por cargos de prostitución poco tiempo después de haber arribado a Harlem, y pasó dos años en un reformatorio, para dar un caso, o el caso de Augustus Granville Dill, un distinguido editor cuya carrera política se destruyó luego de haber sido arrestado bajo cargos de solicitar sexo en lugar público.
También el temor a la reclusión en institutos de salud mental, como sucedió con muchos hombres gays negros. De todos modos esta comunidad se hizo fuerte, y acogió también a gente de otras zonas, heterosexuales incluidos, muchos guiados por la curiosidad también y por el ambiente exótico que John dos Passos describió también en el tercer volumen de su trilogía USA donde refiere a una pareja heterosexual visitando un club nocturno, donde ambos bailan con personas del mismo sexo, atraídos por la atmósfera desconocida. Naturalmente atrajo gran cantidad de homosexuales blancos, rompiendo barreras raciales y económicas. Y ahí se socializaban en los popularísimos Drag Balls que se llevaban a cabo en el Savoy, Manhattan Casino y el Rockland Palace, en estos bailes era común ver hombres ataviados como mujeres y mujeres ataviadas como hombres, usando trajes. Era común la personificación masculina y femenina, el travestismo, la exageración de las características tanto femeninas como masculinas, entre los asistentes. El juego de géneros, en esos bailes y en clubs clásicos como el Ubangi, o el famoso baile Hamilton Lodge. No todos los asistentes eran homosexuales, muchos eran heterosexuales curiosos que iban simplemente a mirar. En el Savoy por ejemplo se hacían concursos donde se daban premios a la caracterización y la vestimenta y obtenían como premio el título de Queen of the Ball. Harlem propiciaba la libertad, como dice un personaje en una novela de Blair Niles: en Harlem encontré coraje y alegría y tolerancia...puedo ser yo mismo”.
Blair Niles fue una de muchas mujeres heterosexual en este caso que también se interesaron por la subcultura gay. La novela se basó en personajes reales, y describe a un hombre gay negro que llega a Harlem para juntarse con los que el siente y define como sus pares debido a la marginación en la que se encuentran todos ellos.
Estos bailes atraían curiosos pertenecientes a la alta sociedad, entre ellos Carl Van Vechten, un crítico literario y musical, que escribía para publicaciones como Vanity Fair y el New york Times, quien desde su juventud se vio interesado por la cultura negra, y en especial la música negra entre ella el ragtime, tempranamente empezó a interesarse por todo el movimiento cultural que se desarrollaba en Harlem y por supuesto la cultura negra, escribió varias novelas entre ellas una titulada Níger Heaven, patrocinó y divulgó a varios autores de ese ambiente. En cierta manera esa novela halló eco en el público blanco, más que en el público negro, de esta manera comenzaron a interesarse en Harlem y la cultura que ahí se gestaba.
Del mismo modo que ese ambiente mucho más liberal que ofrecía salidas a gays y lesbianas, que con anterioridad a la década del 20 se limitaba a reuniones privadas, encuentros en baños públicos y parques. En este territorio comenzaron a ganar o tener espacios lesbianas y gays entonces. Los lugares más liberales en New York entonces fueron Greenwich Village y Harlem, del mismo modo que en otros países lo fueron determinados barrios. Había también reuniones y sitios más exclusivos como el que lideró Alexander Gumby, otro salón era el que lideraba A'Lelia Walker, una mujer a quien le gustaba rodearse de gays y lesbianas. Van Vechten era uno de los amigos más cercanos de Walker. A ese lugar solían concurrir muchos artistas, poetas y escritores negros, como Alain Locke o Countee Cullen cuya homosexualidad y vida en pareja con un maestro hombre era algo que se mantenía tácito y naturalmente no se cuestionaba. Nugent era otro de los concurrentes, en este caso era un artista que vivía abierta y libremente su condición. Es a él a quien se le adjudica históricamente el haber escrito la primera novela gay negra.
Reconocido era también un salón cuyo dueño era Clinton Moore un homosexual blanco que era catalogado como la versión americana del Jupien de Proust, solía atraer a gente muy conocida, entre ellos a Cole Porter, Cary Grant y Maury Paul. Allí también se presentaban espectáculos de todo tipo y tenor. No sólo en los llamados balls o bailes la gente se congregaba, lo hacía también en cabarets, clubes nocturnos, las llamadas speakeasies, los llamados buffet flats, el nombre buffet alude a la amplitud de comportamientos permitidos, eran lugares que daban alojamiento nocturno y donde a veces se desarrollaban actividades ilegales como el juego y la prostitución, así como se convertía en un lugar extremadamente abierto donde según se documenta, era posible presenciar distintos tipos de prácticas sexuales, y shows bizarros por llamarlos de algún modo, y personajes como Clarenz, un travesti de enorme corpulencia o animadores con nombres extraños tal como Sewing Machine Berta. Su origen data de finales de 1800, destinado a personas negras a quienes se les negaba frecuentemente la entrada y alojamiento en la mayoría de los sitios destinados a tal fin, dichos sitios aparecen en letras de canciones de Count Basie y Fats Waller, tal es el caso de uno llamado Daisy Chain, dichos sitios donde hombres y mujeres podían vestirse y comportarse tal como lo deseaban, eran oficialmente ilegales, las rent parties, que eran fiestas destinadas a recaudar fondos para el alquiler, por lo cual se organizaban grandes bailes con orquestas, jazz y licor, la canción Gimme a Pigfoot and a Bottle of Beer que entonaba Bessie Smith describía este tipo de reuniones donde quienes las realizaban a veces ni siquiera conocían a quienes asistían.
En un periódico llamado The New York Age se relata despectivamente una de estas rent parties : “One of these rent parties a few weeks ago was the scene of a tragic crime in which one jealous woman cut the throat of another, because the two were rivals for the affections of a third woman. The whole situation was on a par with the recent Broadway play [about lesbianism, The Captive], imported from Paris, although the underworld tragedy took place in this locality. In the meantime, the combination of bad gin, jealous women, a carving knife, and a rent party is dangerous to the health of all concerned.” Para agregar al tema, The captive era una obra que en su momento fue saludada como una obra maestra y comparada a una gran tragedia griega en ciudades como Viena, Berlin y Bruselas, estas reacciones favorables se dieron en el viejo continente, pero no sucedió del mismo modo en su estreno en Nueva York. Allí se denotaba la gran homofobia reinante en EEUU, desde la crítica despreciativa de Brooks Atkinson del New York debido a su tema revulsivo y la “repugnante posibilidad” de una enredada relación de la protagonista con otra mujer, pasando por el juicio de parte de William Randolph Hearst catalogando a la obra como viciosa y obscena, hasta un crítico que la cifró como la más corrupta y diabólica obra jamás estrenada en el teatro americano y le agregó que era un documento a favor de la degeneración sexual. La obra es sobre una lesbiana que trata de escapara por matrimonio y en determinado momento le confiesa a su marido que ella es una “mujer enferma” (la visión de ese entonces). Su amante también es una mujer casada, jamás aparece en el escenario pero su presencia se sostiene a través del continuo envío de ramos de violetas a la protagonista. La obra fue bajada de cartel en apenas tres meses, y sus protagonistas Helen Mencken and Basil Rathbone arrestados. A raíz de esto se legisló con el fin de prohibir la presentación de temas homosexuales en los teatros de Nueva York, ley que permaneció vigente por muchos años hasta 1967.


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Asimismo hubieron escritoras lesbianas, entre ellas Nella Larsen y su novela Passing, sobre una mujer negra, la cual ha sido “leída” por criticas contemporáneas como una lesbiana pasando por heterosexual. También tenemos la figura de Angelina Weld-Grimke que publicó poemas y obras sobre temas como la raza, pero dejó tras sí muchos poemas de amor sobre mujeres, con títulos como Rosalie," "If," "To Her of the Cruel Lips," "El Beso," "Autumn," "Give Me Your Eyes," "Caprichosa," y "My Shrine. Igualmente la presencia de otra mujer llamada Alice Dunbar-Nelson, a pesar de haberse casado varias veces con hombres, las mujeres fueron significativas en su vida, y según algunos críticos han influenciado en algunas de sus obras, como por ejemplo This Lofty Oak, donde al parecer uno de sus personajes estaba basado en una de sus amantes llamada, Edwina B. Kruse, se le conocieron otras mujeres, entre ellas una periodista llamada Fay Jackson Robinson, y una artista cuyo nombre era Helene Ricks London.
En ese ambiente de fraternidad, progreso y esperanza se reunieron entonces muchos músicos, animadores, artistas y escritores negros. La música que los unía era el jazz y el blues. El gran tema del llamado Renacimiento un período de efervescencia política e intelectual, que Langston Hughes caracterizó como la época en que “el Negro estaba de moda”, era una creciente conciencia de orgullo de los afro americanos, pero también hubo un gran componente homosexual.
Gays y lesbianas podían interactuar con cierta libertad. De todos modos a pesar de toda esa apertura, muchos preferían ser discretos en cuanto a su sexualidad, aparte de problemas que debían enfrentar, tales como segregación, desempleo, alquileres altos, también debían enfrentar a la policía, y el desarrollo de instituciones mentales. La homosexualidad era considerada o un crimen o una enfermedad. Mabel Hampton, fue arrestada engañosamente por cargos de prostitución poco tiempo después de haber arribado a Harlem, y pasó dos años en un reformatorio, para dar un caso, o el caso de Augustus Granville Dill, un distinguido editor cuya carrera política se destruyó luego de haber sido arrestado bajo cargos de solicitar sexo en lugar público.
También el temor a la reclusión en institutos de salud mental, como sucedió con muchos hombres gays negros. De todos modos esta comunidad se hizo fuerte, y acogió también a gente de otras zonas, heterosexuales incluidos, muchos guiados por la curiosidad también y por el ambiente exótico que John dos Passos describió también en el tercer volumen de su trilogía USA donde refiere a una pareja heterosexual visitando un club nocturno, donde ambos bailan con personas del mismo sexo, atraídos por la atmósfera desconocida. Naturalmente atrajo gran cantidad de homosexuales blancos, rompiendo barreras raciales y económicas. Y ahí se socializaban en los popularísimos Drag Balls que se llevaban a cabo en el Savoy, Manhattan Casino y el Rockland Palace, en estos bailes era común ver hombres ataviados como mujeres y mujeres ataviadas como hombres, usando trajes. Era común la personificación masculina y femenina, el travestismo, la exageración de las características tanto femeninas como masculinas, entre los asistentes. El juego de géneros, en esos bailes y en clubs clásicos como el Ubangi, o el famoso baile Hamilton Lodge. No todos los asistentes eran homosexuales, muchos eran heterosexuales curiosos que iban simplemente a mirar. En el Savoy por ejemplo se hacían concursos donde se daban premios a la caracterización y la vestimenta y obtenían como premio el título de Queen of the Ball. Harlem propiciaba la libertad, como dice un personaje en una novela de Blair Niles: en Harlem encontré coraje y alegría y tolerancia...puedo ser yo mismo”.
Blair Niles fue una de muchas mujeres heterosexual en este caso que también se interesaron por la subcultura gay. La novela se basó en personajes reales, y describe a un hombre gay negro que llega a Harlem para juntarse con los que el siente y define como sus pares debido a la marginación en la que se encuentran todos ellos.
Estos bailes atraían curiosos pertenecientes a la alta sociedad, entre ellos Carl Van Vechten, un crítico literario y musical, que escribía para publicaciones como Vanity Fair y el New york Times, quien desde su juventud se vio interesado por la cultura negra, y en especial la música negra entre ella el ragtime, tempranamente empezó a interesarse por todo el movimiento cultural que se desarrollaba en Harlem y por supuesto la cultura negra, escribió varias novelas entre ellas una titulada Níger Heaven, patrocinó y divulgó a varios autores de ese ambiente. En cierta manera esa novela halló eco en el público blanco, más que en el público negro, de esta manera comenzaron a interesarse en Harlem y la cultura que ahí se gestaba.
Del mismo modo que ese ambiente mucho más liberal que ofrecía salidas a gays y lesbianas, que con anterioridad a la década del 20 se limitaba a reuniones privadas, encuentros en baños públicos y parques. En este territorio comenzaron a ganar o tener espacios lesbianas y gays entonces. Los lugares más liberales en New York entonces fueron Greenwich Village y Harlem, del mismo modo que en otros países lo fueron determinados barrios. Había también reuniones y sitios más exclusivos como el que lideró Alexander Gumby, otro salón era el que lideraba A'Lelia Walker, una mujer a quien le gustaba rodearse de gays y lesbianas. Van Vechten era uno de los amigos más cercanos de Walker. A ese lugar solían concurrir muchos artistas, poetas y escritores negros, como Alain Locke o Countee Cullen cuya homosexualidad y vida en pareja con un maestro hombre era algo que se mantenía tácito y naturalmente no se cuestionaba. Nugent era otro de los concurrentes, en este caso era un artista que vivía abierta y libremente su condición. Es a él a quien se le adjudica históricamente el haber escrito la primera novela gay negra.
Reconocido era también un salón cuyo dueño era Clinton Moore un homosexual blanco que era catalogado como la versión americana del Jupien de Proust, solía atraer a gente muy conocida, entre ellos a Cole Porter, Cary Grant y Maury Paul. Allí también se presentaban espectáculos de todo tipo y tenor. No sólo en los llamados balls o bailes la gente se congregaba, lo hacía también en cabarets, clubes nocturnos, las llamadas speakeasies, los llamados buffet flats, el nombre buffet alude a la amplitud de comportamientos permitidos, eran lugares que daban alojamiento nocturno y donde a veces se desarrollaban actividades ilegales como el juego y la prostitución, así como se convertía en un lugar extremadamente abierto donde según se documenta, era posible presenciar distintos tipos de prácticas sexuales, y shows bizarros por llamarlos de algún modo, y personajes como Clarenz, un travesti de enorme corpulencia o animadores con nombres extraños tal como Sewing Machine Berta. Su origen data de finales de 1800, destinado a personas negras a quienes se les negaba frecuentemente la entrada y alojamiento en la mayoría de los sitios destinados a tal fin, dichos sitios aparecen en letras de canciones de Count Basie y Fats Waller, tal es el caso de uno llamado Daisy Chain, dichos sitios donde hombres y mujeres podían vestirse y comportarse tal como lo deseaban, eran oficialmente ilegales, las rent parties, que eran fiestas destinadas a recaudar fondos para el alquiler, por lo cual se organizaban grandes bailes con orquestas, jazz y licor, la canción Gimme a Pigfoot and a Bottle of Beer que entonaba Bessie Smith describía este tipo de reuniones donde quienes las realizaban a veces ni siquiera conocían a quienes asistían.
En un periódico llamado The New York Age se relata despectivamente una de estas rent parties : “One of these rent parties a few weeks ago was the scene of a tragic crime in which one jealous woman cut the throat of another, because the two were rivals for the affections of a third woman. The whole situation was on a par with the recent Broadway play [about lesbianism, The Captive], imported from Paris, although the underworld tragedy took place in this locality. In the meantime, the combination of bad gin, jealous women, a carving knife, and a rent party is dangerous to the health of all concerned.” Para agregar al tema, The captive era una obra que en su momento fue saludada como una obra maestra y comparada a una gran tragedia griega en ciudades como Viena, Berlin y Bruselas, estas reacciones favorables se dieron en el viejo continente, pero no sucedió del mismo modo en su estreno en Nueva York. Allí se denotaba la gran homofobia reinante en EEUU, desde la crítica despreciativa de Brooks Atkinson del New York debido a su tema revulsivo y la “repugnante posibilidad” de una enredada relación de la protagonista con otra mujer, pasando por el juicio de parte de William Randolph Hearst catalogando a la obra como viciosa y obscena, hasta un crítico que la cifró como la más corrupta y diabólica obra jamás estrenada en el teatro americano y le agregó que era un documento a favor de la degeneración sexual. La obra es sobre una lesbiana que trata de escapara por matrimonio y en determinado momento le confiesa a su marido que ella es una “mujer enferma” (la visión de ese entonces). Su amante también es una mujer casada, jamás aparece en el escenario pero su presencia se sostiene a través del continuo envío de ramos de violetas a la protagonista. La obra fue bajada de cartel en apenas tres meses, y sus protagonistas Helen Mencken and Basil Rathbone arrestados. A raíz de esto se legisló con el fin de prohibir la presentación de temas homosexuales en los teatros de Nueva York, ley que permaneció vigente por muchos años hasta 1967.


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Regresando a la descripción urbana, en las calles aledañas de Jungle Alley se encontraban los speakeasies, en estos speakeasies se conjugaba distintas personas, travestis entre ellos, algunos de ellos eran el Edmond Cellar, donde cantaba Ether Waters, el Lulu Belle, y el Hot Cha. En muchos de ellos abundaba la marihuana y la cocaína. Ahí se encontraban los clubes menos elegantes que atraían a un público menos separatista. El público se mezclaba. Esos lugares eran asimismo más baratos que los clubes destinados a los blancos como el Cotton Club, el Connie's Inn, o el Small's Paradise. Muchas de estas tabernas solían estar ubicadas en sótanos con espacios no demasiado amplios, por lo cual los días de mayor concurrencia solía aglomerarse la gente, que bebían licores suaves o bebidas más fuertes que tenían como nombre “lightning”. Y tocaban bandas rudimentarias acompañadas por un cantante y en cuanto las luces cambiaban su color de azul a rojo, estaba permitido bailar.

Uno de los lugares más famosos destinados a gays y lesbianas se llamaba Clam House, situado en la calle 133 Jungle Alley, descrito como Vanity Fair como un lugar para borrachos pero no para la juventud inocente. A ese lugar concurrían figuras como Beatrice Lillie, Tallulah Bankhead, Jeanne Eagels, Marilyn Miller, Princesa Murat de Paris, la cantante Libby Holman y su amante, Louisa Carpenter du Pont Jenney. La única en explotar públicamente su sexualidad era Gladys Bentley. Habían muchas de estas tabernas, entre ellas el Rockland Palace y Garden of Joy. En muchos no se permitían públicos comportamientos homosexuales, pero existían algunos pocos donde era válido y la entrada era libre, sin que hubiera nadie que controlara el acceso, donde los gays solían ir a buscar compañía que se definía como “ruda” en ambientes mas “duros”. En este ambiente rebosante de libertad e ideas positivas reivindicativas también, se movieron muchas mujeres bisexuales y lesbianas, con la aclaración pertinente de que algunas hicieron pública su sexualidad en tanto otras la mantuvieron un tanto al margen.

Billie Holiday fue una de las grandes cantantes de jazz, que tuvo historias con varios hombres y también mujeres, entre ellas la actriz Tallulah Bankhead. Ernestine “tiny” Davis, una trompetista renombrada que tocaba en una big band integrada por mujeres llamada International sweethearts of the rythm, era también lesbiana. Fue conocida como la Louis Armstrong mujer. En la misma banda también se encontraba su amante una percusionista llamada Ruby Lucas, ambas estuvieron juntas por más de cuarenta años.

Alberta Hunter , cantante de blues y actriz, tenía un estilo muy distintivo. Nació en Memphis en el año 1895 y fue una de las grandes de la escena del jaz entre los años 20 y 30. A edad temprana abandonó su hogar y su lanzamiento como cantante fue en la legendaria Creole Jazz Band. Entre algunas de sus composiciones figuran la conocidísima Down hearted blues. Sus grabaciones más conocidas son "'Taint Nobody's Business If I Do" y "Aggravatin' Papa." Se casó en el año 1919, pero jamás compartió lecho con su marido, pero se separó casi inmediatamente y obtuvo su divorcio en 1923. Los rumores sobre su sexualidad empezaron a correr pronto, pero Hunter nunca discutió su lesbianismo a pesar que jamás mantuvo ocultas sus relaciones con otras mujeres, una de ellas se llamó Lottie Taylor sobrina de Bert Williams un conocido animador de vaudeville con la cual vivió muchos años y compartieron hogar en Nueva York así como viajes a Europa. Finalmente la relación terminó cuando Lottie la abandonó por otra mujer.

Ethel Waters, nacida en el año 1896 en Pennsylvania, a la edad de doce se casó y a los catorce obtuvo el divorcio, fue conocidísima cantante de blues, o recordada también por su papel una obra de Mc Cullers: Member of the wedding. Fue una de las cantantes mejor pagadas en Broadway, actuando en obras como Blackbirds. Obtuvo una nominación de la academia por mejor actriz secundaria en Pinky. Su carrera también comenzó temprano, primero en Filadelfia y en Baltimore finalmente en Nueva York, donde se unió a ese ambiente liberal que fue Harlem en esos tiempos. Entre su repertorio figuraban canciones como "Organ Grinder Blues" y "Do What You Did Last Night."

Como tantas otras figuras de la época se le conocieron relaciones con mujeres. Tuvo una tempestuosa relación con la bailarina Ethel Williams lo cual incluyo en varias ocasiones discusiones públicas, así como demostraciones públicas, todo eso a pesar de no ser abiertamente lesbiana, se dice que usualmente comenzaba sus actuaciones preguntando: Where's that partner of mine? Where's that Ethel Williams?. Entre los rumores que circulaban hubo algunos que la vincularon temporalmente con la escritora Radclyffe Hall.

Respecto a letras un ejemplo temprano del jazz el tema “The Boy in the Boat":
"When you see two women walking hand in hand, just look them over and try to
understand: They'll go to those parties -have the lights down low- Only those parties where women can go. You think I'm lying -just ask Tack Ann- Took
many a broad from many a man.”

Ma Rainey, la madre del blues, una mujer dotada de una voz poderosa, nacida en Georgia en el año 1886, cantaba por allá a finales de los años veinte Prove it on me, un blues cuya letra decía:
"Went out last night with a crowd of my friends, they must have been women, cause I don't like no men. Wear my
clothes just like a fan, talk to gals just like any old man
Cause they say I do it, ain't nobody caught me. Sure got to prove it on me".


Un blues que más que testimonia un orgulloso lesbianismo. La frase cause I like no men, es explícita. Fue ella junto a su esposo Will Rainey con el cual hacían giras por el sur de EEUU llamada Ma & Pa Rainey and Assassinators of the Blues, quienes descubrieron a Bessie Smith, de la cual fue íntima amiga. Para promover su presentación y el disco Prove it on me en el año 1928, la Rainey apareció en algunos aviso de diario vestida con traje masculino y rodeada de dos mujeres dando la impresión de coqueteo. A pesar de estar casada con Will Rainey se le conocieron muchos affaires con mujeres. Se relata de ellas un episodio acontecido en el año 1925 en Chicago, donde la policía recibió una queja por ruidos molestos, y cuando la misma acudió se encontraron con una habitación llena de mujeres desnudas en situación comprometida. Rainey pasó la noche en la cárcel bajo el cargo de “fiesta indecente” y fue sacada de ahí por su amiga Bessie Smith. Bessie Jackson, o Lucille Armstrong su nombre de nacimiento, fue otra de las tantas mujeres que poblaron la escena musical norteamericana, nacida en Missisipi en el año 1897, en el año 1916 se casó con Maxwell Bogan, con el cual estuvo casada hasta el año 1942, era un matrimonio abierto por llamarlo de alguna manera, la mayor parte del tiempo la pasaban lejos uno del otro, en tanto ella llevaba una vida bastante libre y activa sexualmente, hizo su primera grabación en el año 1923, año en el cual adopta su nombre artístico, Bessie Jackson, se especializaba casi exclusivamente en cantar sobre temas como el adulterio, lesbianismo, alcoholismo, prostitución y relaciones abusivas. Se la podría catalogar como una gran voz feminista, que cantaba sobre cuestiones personales, en forma bastante fuerte en muchas ocasiones, muchas de sus letras eran explícitas.

Grabó en la década del 30 "B.D. (bulldykes o bulldaggers) Woman's Blues":

“Comin' a time, B.D. women ain't gonna need no men
Comin' a time, B.D. women ain't gonna do need no men
Oh they way treat us is a lowdown and dirty sin
B.D. women, you sure can't understand
B.D. women, you sure can't understand
They got a head like a sweet angel and they walk just
like a natural man
B.D. women, they all done learnt their plan
B.D. women, they all done learnt their plan
They can lay their jive just like a natural man
B.D. women, B.D. women, you know they sure is rough
B.D. women, B.D. women, you know they sure is rough
They all drink up plenty whiskey and they sure will
strut their stuff
B.D. women, you know they work and make their dough
B.D. women, you know they work and make their dough
And when they get ready to spend it, they know they
have to go”.


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(viene del post anterior)

Bessie Smith la “emperadora” del blues. Dotada de una voz poderosa, extremadamente expresiva se condujo a su manera durante toda su vida, vivió libremente su sexualidad con hombres y mujeres. Nació en el año 1894, en Chattanooga, Tennessee, empezó a cantar a temprana edad y tempranamente fue descubierta por Ma Rainey, que viajaba y actuaba en el sur de EEUU. Era una mujer con gran temperamento, violenta, bebedora y sexualmente promiscua. Prefería la compañía de las mujeres, entre ellas tuvo una relación bastante difícil con una cantante de coros llamada Lillian Simpson. Una biografía de Chris Albertson relata los amplios gustos sexuales de esta cantante de jazz que la llevaron a tener varios conflictos con su esposo Jack Gee, debido al interés de Bessie por las mujeres. La biografía se basa principalmente en testimonios de una de sus sobrinas. Ruby Walker. Su compañía musical incluía a Boula Lee, casada también una vocalista pero que solía tener sexo con otras mujeres, y Gladys Ferguson, una mujer que se personificaba como hombre, con la cual al parecer tuvo un affaire, a comienzos de la década del 20. Smith siempre intentó mantener a Gee al margen de sus gustos sexuales, que a veces aparecían mencionados casi en clave en periódicos de chismes, tal como sucedió alguna vez en el Town Tattle. En el año 1926 irrumpió en su vida Lillian Simpson. Sobre Bessie Smith, se narran muchas anécdotas, tuvo muchas amantes mujeres, entre ellas una chica llamada Lillian Sampson, historia complicada, con episodios fuertes como el intento de suicidio de la última. Fue en una fiesta donde al parecer manifestó su interés por es chica, tal como lo documenta su biografía: “Bessie se aproximó a Ruby, su sobrina, movió su cabeza en dirección a Lillian, y dijo “”me gusta esa chica”, Ruby interpretó que se refería a la forma de bailar de Lillian, y respondió: “Me alegra, que te guste, lo esta haciendo bien no?”

“No, no quiero decir eso” respondió “Le diré yo misma, porque tu no entiendes nada pequeña”.

Entonces se dirigió hacia Lillian, y le susurró algo al oído, conduciéndola fuera de la habitación. Ruby y Lillian compartían su habitación, pero cuando Ruby despertó al día siguiente comprobó que Lillian no había dormido en su cama. Desde ese momento Bessie y Lillian comenzaron a dormir juntas con frecuencia. Al día siguiente Lilian le comentó a Ruby que había sucedido y le sugirió que ella podía intentarlo con Boula Lee, la cual al parecer había realizado ciertos avances con Ruby, pero la sobrina ya había sido advertida por Bessie que la enviaría a casa si descubría que sucedía algo entre ellas y algunas de las chicas del show. Luego del intento de suicidio de Lillian en 1927, habiendo superado ciertas reticencias e inhibiciones, pero no el temor que Jack Gee, esposo de Bessie, inspiraba en Lillian, esta decide abandonar a Bessie. Sin ira y sin súplicas culminó esta relación. En sus canciones no cantó explícitamente sobre el lesbianismo más que en su interpretación de The boy in the boat, sobre el tema homosexual tan solo una canción Foolish Man Blues donde se hace una referencia vaga :

"There's two things got me puzzled, there's two things
I can't understand That's a mannish actin woman and a skippin,
twistin woman acting man."


Canciones como "Freakish Blues," de George Hanna eran bastante explícitas en su contenido sobre fluidez sexual. El blues reflejaba una cultura que aceptaba la sexualidad incluidos comportamientos homosexuales, así como identidades como algo natural.

Gladys Bentley fue otra de las grandes cantantes del blues, que llegaron a Nueva York, abandonó su hogar en Pennsylvania a la edad de 16, para empezar a cantar en clubes nocturnos y los llamados speakeasies (tabernas clandestinas). Bentley era muy abierta con su sexualidad, y algunas vez le comentó a una columnista Louis Sobel, que se había casado con otra mujer en Atlantic city. En una entrevista comentó para Ebony Magazine : "It seems I was born different. At least, I always thought so....From the time I can remember anything ,even as I was toddling, I never wanted a man to touch me...Soon I began to feel more comfortable in boys clothes than in dresses." Cantó más de un tema dirigido a las bulldaggers (lesbianas que adoptaban un estilo masculino) y las llamadas "sissies" afeminados o mariquitas como el tema Sissy Blues (I dreamed last night I was far from harm
Woke up and found my man in a sissy's arms
"Hello, Central, it's 'bout to run me wild
Can I get that number, or will I have to wait a while?"
Some are young, some are old
My man says sissy's got good jelly roll
My man got a sissy, his name is Miss Kate
He shook that thing like jelly on a plate
Now all the people ask me why I'm all alone
A sissy shook that thing and took my man from me )


Solía utilizar cotidianamente vestimentas masculinas, y actuar del mismo modo, vestida de hombre, con el clásico smoking (recordando además que los fenómenos de travestismo femenino eran una práctica utilizada ese entonces incluso desde la época renacentista, tal como lo narran canciones populares, o la cultura impresa y oral incluso en el teatro según Duby aunque notan una suerte de incremente a partir de la segunda mitad del siglo XIX) y según mis datos se casó, en ese entonces con una de sus amantes lesbianas en una ceremonia en Atlantic City en la década del 30, recordando además que muchas mujeres se casaban entre sí, adoptando una de las dos vestimenta y comportamiento masculino y contando además con la complicidad de algunos sacerdotes. De tal manera solía actuar en lugares míticos como los que se encontraban en la llamada Jungle Alley, donde flirteaba abiertamente con mujeres. Inspiró varios personajes literarios en novelas como "Parties" de Carl Van Vechtens, Deep river de Clement Woods , "Strange Brother" de Blair Niles. Se denominaba Jungle Alley a una avenida donde estaba atestado de clubes nocturnos, y cabarets entre ellos el mítico Cotton Club donde no se admitía hay que precisar público negro y fue bautizado como Lady Mountbatten como “El aristocrático de Harlem”, donde tocaban a pesar de eso figuras del jazz como Ethel Waters, Adelaide may, Duke Ellington y Cab Calloway, los artistas negros no se podían mezclar con la audiencia.
En esos tiempos encontrar trabajo para una mujer era de por sí difícil, hubo muchos casos en que decidieron adoptar vestimenta masculina a fin de hacerse pasar por hombres y así poder acceder a un empleo. Ese fue el comienzo de Billy Tipton, Un clásico caso en el mundo del jazz fue el de Billy Tipton (saxofonista de cierto renombre en el ambiente jazzístico estadounidense), cuyo nombre real era Dorothy pero vivió casi toda su vida como hombre, incluso se casó y crió niños, y no se supo su verdadero sexo biológico hasta después de su muerte. Se le conocieron al principio relaciones con otras mujeres que sí conocían su sexo, pero con el correr de los años según documenta su biógrafo adoptó por completo una identidad masculina, que aparentemente llevó a la convicción de muchas mujeres de que ella era un hombre, del tal manera que la hermana de su viuda la describe diciendo que Loretta su hermana se negaba a admitir que Billly era una mujer que actuaba la parte del hombre: Billy era un hombre según ella. Esto significaba mucho más que lo exteriormente estereotipado como masculino, sino que además implicaba “comportamiento”, por ejemplo la caballerosidad, la confianza ciertos sustantivos que culturalmente se imponen como masculinos. Hay un muy buen artículo de Eduardo Berti titulado La increíble historia de Billy Tipton. El otro yo, que se puede leer en la web.
Ya a finales del siglo XIX se encontraban ejemplos en alguna pieza teatral de estas realidades, de mujeres travestidas, la obra de A. C. Gunter, Un encantamiento en Florida mostraba a una mujer en el escenario, mostrando ademanes y conductas culturalmente masculinas. En un libro de Jonathan Ned Katz, se rescatan ejemplos como el de Murray Hall, que vivió como un hombre gran parte de su vida. Hall se era un prominente político que se casó incluso dos veces con mujeres, ninguna de las cuales jamás reveló ese secreto. Naturalmente el contenido de las letras reflejaban la época y lo que se llamó el Renacimiento de Harlem una suerte de ebullición de la cultura negra en EEUU.
Para las mujeres lesbianas para quienes las posibilidades eran aún más limitadas, todo este ambiente ofrecía oportunidades, Mabel Hampton fue una de las tantas que aprovechó esta situación, abandónó de joven su hogar para irse a vivir a Harlem donde trabajó como bailarina junto a su amante, en un show en Coney Island hasta que finalmente obtuvo su lugar en el teatro Lafayette. El trabajo le permitió tener un buen nivel de vida, así como mayor contacto con otras mujeres lesbianas que terminaron por formar su círculo de amigas más cercanas. La lesbiana más conocida en ese ambiente fue la Bentley como ya lo dije, su primer trabajo fue en uno de esos clubes The Mad House, obtuvo su primer empleo tocando piano, convenciendo al dueño de que una mujer podía tocar tan bien como un hombre, con el tiempo el lugar donde se la podía disfrutar en sus shows pasó a ser el Glam House.
Ese ambiente de tolerancia comenzó a ir en declive a partir de la Depresión y así sucesivamente con la gran caza de brujas de Mc Carthy, que fueron sumiendo en el silencio voces como por ejemplo la Bentley, cuya carrera fue declinando con picos durante la segunda guerra donde hubo una proliferación de bares gays con asistencia de militares, hombres y mujeres que hicieron renacer parcialmente esa cultura bares que capitalizaron ese flujo de gays. Muchas mujeres lesbianas iban a ver sus actuaciones a lugares como El Rancho en Los Angeles y Mona en San Francisco aunque tuvo problemas legales por actuar vestida en forma masculina. La persecución macarthista la perjudicó notoriamente, de una manera tal que a partir de cierto momento decidió volver a usar vestimenta masculina y la impulsó en forma desesperada a escribir una carta que llevaba por título “Soy mujer otra vez”, en la cual afirmaba que se había curado de su lesbianismo a través de un tratamiento hormonal, y que finalmente estaba en paz luego de una vida infernal.
El jazz un género que particularmente disfruto, para finalizar ha sido por su propia raíz un género y un mundo que ha sido particularmente abierto, música de rebeldía, desenfreno, improvisación, temprano se difundió por Europa, sin barreras de clases y sin ser despreciado como sucedió en muchos casos por ser considerada una música de negros, fue ampliamente acogido por mentes abiertas, justamente como una música que transmitía la idea de libertad y lucha, hasta tal punto que para dar un ejemplo bien claro, fue un género estrictamente regulado por el gobierno alemán de Hitler, tan regulado como detestado por los nazis, debido a lo que de por sí implicaba este género cultivado por los negros y desarrollado por sus amantes. Sobre el jazz existe abundante bibliografía, entre ellos uno de Eric Hobsbawn titulado "Gente poco corriente": resistencia, rebelión y jazz, que señala al jazz como una de las vanguardias del siglo veinte, no consideradas comúnmente como las más importantes, pero de un innegable poder expresivo y realmente manifestador de un sentimiento social en su momento, tal como lo fue el cine. Considera al jazz como una especie de movimiento vanguardista no deliberado, base como se sabe del rock, otro movimiento no premeditado, cuyos creadores no estaban en absoluto interesados en la opinión de intelectuales, ni por lo que era considerado “cultura”, en un sentido estrecho del término.


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SASLOW, James M.,

Ganimedes en el Renacimiento. La homosexualidad en el arte y en la sociedad
Nerea, 1989.


[font=&quot]La relación de Ganimedes con Hebe procede de un episodio secundario de su mitología, sólo desarrollado en la literatura clásica tardía. Según Virgilio, Ovidio y otros autores latinos, cuando Ganimedes fue llevado al olimpo para servir de copero, Júpiter le hizo sitio expulsando al anterior titular de ese cargo, la hija favorita de Juno, Hebe -o por el amor de Júpiter hacia el joven o porque Hebe había tropezado cuando estaba sirviéndole y merecía ser despedida. La ira y el resentimiento de Juno ante esta ofensa a su honor los cita Virgilio en los primeros versos de La Eneida, como elemento que contribuyó a que la diosa provocara la guerra de Troya, -pues Ganimedes era, por supuesto, un príncipe troyano.

[/font]
Imagen

Los raptos de Ganímedes Tema favorito de neoplatónicos, místicos y libertinos, así como de artistas e intelectuales, el rapto de Ganímedes tiene una larga tradición pictórica y literaria que se remonta a los tiempos clásicos grecorromanos y se extiende hasta el siglo XX. Pero es sin duda durante el Renacimiento cuando el mito adquiere mayor popularidad debido a su utilización como alegoría neoplatónica en la que el rapto representa el vuelo místico y la unión del alma mortal con la divinidad. Durante la Ilustración, como nos recuerda Michael Preston Worley, el mito perdió esa dimensión filosófica y “the erotic element far overshadowed the connotation of spiritual perfection attained through divine love” (631). A partir de entonces el mito fue usado con intenciones más bien decorativas, particularmente en Francia, aunque también es probable que haya contribuido a fomentar una cultura homosexual clandestina. La naturaleza francamente sexual de muchas de las representaciones plásticas del mito, sin duda, “would have been obvious to homosexual viewers or to classical scholars, but not to those who were unaware of the symbolism of the eagle or insensitive to images that might suggest homosexual communion” (Worley 642).
También en literatura aparece este mito ya como símbolo de unión divina, ya como ejemplo de amor homosexual o como elemento de mofa por considerarlo un ejemplo de pederastia. Sobresalen en este sentido dos de los poetas más importantes de Alemania quienes escribieron sobre el mito. Goethe, el primero, compuso un himno a Ganímedes en que “il giovinetto dell’inno goethiano non è più l’oggetto passivo di una violenza che -dall’alto- investe e rapisce, ma è oggetto dell’amore paterno” (Ritter Santini 50), mientras que “Hölderlin, nel 1801, tren’anni dopo Goethe, intitola Ganymed, l’ultimo dei Nachtgesänge” (Ritter Santini98). Sin embargo ni Goethe ni Hölderlin escribieron con la idea de la homosexualidad en mente. Para los poetas alemanes, ciertos personajes mitológicos, Ganímedes en particular, “assumono la funzione di guide cui è affidata la nuova educazione dell’umanità” (Ritter Santini 37); ya no se trata de los dioses, sino de “le creature intermedie, partecipi di una duplice natura al confine fra due regni, semidei, eroi, geni e demoni, mortali elevati per merito e bellezza alla sfera dei celeste” (Ritter Santini 37). Pero es sobre todo en la plástica en donde el mito del rapto de Ganímedes ha tenido una mayor tradición de representaciones, muchas de las cuales han sido utilizadas para ilustrar la ideología de la época o la sociedad que las produce. En la antigüedad clásica, por ejemplo, el jovencito es invariablemente representado como un adolescente, no como un infante o un adulto, de manera consecuente con la idea griega de que los jovencitos a partir de la pubertad son atractivos a los hombres maduros. Mientras que a partir del renacimiento, la figura de Ganímedes varía considerablemente siendo éste representado como un adolescente, un adulto joven o incluso como un infante. Todas estas representaciones son asimismo ideológicas: es decir que ofrecen una interpretación específica del mito con una intención particular en función de su momento histórico y social. Para ejemplificar cómo funciona esta ideología, me gustaría traer a la discusión tres obras que muestran claramente tres tendencias diferentes. Me refiero a la representación pictórica que hicieron del mito Antonio Allegri da Correggio (1531), Miguelángel Buonarrotti (1533) y Rembrandt Harmenszoon Van Rijn (1635).
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(viene del post anterior)

Las tres obras se centran en el rapto de Ganímedes, con el jovencito y Júpiter transformado en águila como personajes centrales; las tres presentan escenas de gran dramatismo enfatizadas por el hecho de que la composición sucede en el aire. Sin embargo, dos de ellas, la de Coreggio y la de Miguelángel, dan la impresión de juego y sensualidad, mientras que la tercera, la de Rembrandt, ofrece una visión aterradora del acto. Las dos primeras presentan un punto de vista similar al del poema de Drummond en cuanto que se centran en una relación entre dos seres conscientes del acto que están realizando. En el cuadro de Correggio, Ganímedes es representado, en típico estilo grecolatino, como un adolescente, el cual se abraza fuertemente al águila que lo mira con complacencia y hasta ternura paternal, preocupada con remontar el vuelo delicadamente llevando consigo a su preciosa carga.
Sorprende la tranquilidad de la escena y es fácil imaginar cómo el paisaje luminoso, el cielo azul y claro y la serenidad de Ganímedes pudieron haber sugerido fuertemente una alegoría de la unión divina a los espectadores de la época, excepto por un detalle: la expresión solapada del efebo, quien al ser elevado por los aires vuelve la cara ligeramente hacia el espectador y lo mira directamente a los ojos con una sonrisa apenas perceptible que delata complicidad en el rapto y desafío al espectador. Para acentuar lo terrenal de la escena y agregarle realismo y movimiento, el rapto es presenciado por el perro del muchachito que parece correr persiguiendo a su amo, mientras éste se eleva por los aires. En este cuadro, Ganímedes es presentado como cómplice o partícipe del rapto, pero su juventud puede ser problemática para el espectador contemporáneo puesto que incita en éste deseos proteccionistas de la infancia y la juventud. Y aunque lo más probable es que su interpretación haya sido menos radical en 1531, la ambigüedad de la mirada y la sonrisa del adolescente sugiere que esa interpretación era posible, con lo que la sonrisa del efebo se vuelve una burla del espectador y su moral.
El dibujo de Miguelánge, por su parte, muestra a un Ganímedes en el aire, abrazado por el águila, como el cuadro de Correggio; en este caso, sin embargo, el muchacho es mayor; se trata de un adulto joven probablemente de unos veinte años. Como en Corregio, la expresión del joven no es de terror sino de aprobación o incluso de placer. A diferencia de Corregio, la escena no presenta casi nada del paisaje terreno, aunque es posible ver, muy sutilmente dibujado, al perro del muchacho que mira indiferente el rapto y dos ovejas echadas al lado del perro (otros críticos consideran que se trata de dos perros más, pero versiones del mito mencionan que Ganímedes fue raptado mientras cuidaba ovejas). La escena, que como dijimos sucede en las alturas, tiene tales sugerencias espirituales en parte debido a la serena expresión del muchacho, por lo que Sebastiano del Biombo, amigo de Miguelángel, bromeaba diciendo que si le agregaban una aura a la cabeza del muchacho, éste podría pasar por San Juan Evangelista en la cúpula de cualquier iglesia (citado por Crompton 274). En este caso, igual que sucede con Correggio, esto sería cierto de no ser por el hecho de que el águila está en una pose totalmente provocadora detrás del muchacho sujetándole las piernas fuertemente mientras se las separa con las garras, colocándolo en una posición francamente sexual.
La composición podría interpretarse fácilmente como una violación, sin embargo tal interpretación es negada por la expresión del joven que no refleja ningún dolor, sino que, al contrario, se muestra sonriente, si no es que en éxtasis.4 Más que el dolor de la violación, el dibujo representa la anticipación del placer, el momento inmediatamente anterior a la consumación sexual. De ahí que la representación de Ganímedes como un adulto joven sea festiva, una celebración del amor intelectual que no excluye el placer físico; es obvio, me parece, que Miguelángel está representando en su dibujo no tanto una relación entre un hombre y un efebo en el sentido clásico, sino una relación más “moderna”. En el dibujo de Miguelángel, como en el poema de Drummond, el rapto de Ganímedes sirve como metáfora del amor y la pasión entre seres iguales a través de la homosexualidad.
Imagen Mucho se ha discutido la dimensión homoerótica del dibujo de Miguelángel, con algunos críticos interpretándolo como, otra vez, el amor divino y otros viendo en él el una representación del amor platónico, incorpóreo. Más recientemente, con todo, la obra ha sido interpretada como una confesión de amor tomando en cuenta la amistad íntima entre Miguelángel y Tommaso de’Cavalieri, un noble romano a quien el artista enviara el dibujo como presente. En las varias cartas intercambiadas por Miguelángel y Cavalieri es evidente el cariño que sienten uno por el otro. En una de éstas, Cavalieri hace mención de su juventud y agradece las atenciones del artista, mucho mayor que él, y en otra declara su fidelidad a Miguelángel afirmando que no puede estar con nadie más, sino con él (citado por Crompton 274).
Independientemente de si la amistad entre Miguelángel y Cavalieri se manifestó físicamente o si se mantuvo estrictamente en un nivel platónico, el dibujo es innegablemente una declaración del amor del pintor por el joven Tommaso, quien, según Benedetto Varchi, era famoso por su interés en las artes, las letras, las ciencias, así como por la “incomparabile bellezza del corpo” (citado en Marongiu 72). La belleza y la juventud de Tommaso y la avanzada edad, fama y sabiduría de Miguelángel sólo refuerzan la idea de proyectar lo personal en la representación del mito con sus dimensiones intelectuales, amorosas y sexuales. Se trata de la reinterpretación del mito como una relación amorosa entre dos hombres libres y consientes del acto.
La tercera y última representación del mito de Ganímedes revisada aquí difiere diametralmente de las dos ya comentadas. Se trata de un cuadro de Rembrandt donde el rapto, lejos de representar una imagen de tranquilidad espiritual, unión divina o placer sexual, ofrece una escena de agresión física que por si fuera poco denuncia el acto de Júpiter como un acto de pederastia (Ganímedes aquí es un infante) y lo condena moralmente. Absolutamente original, dice Marcella Marongiu (36), esta obra es sólo una parodia de la larga tradición de obras con el mismo tema realizadas durante el renacimiento. Aunque es posible desde luego que la obra sea una parodia, es imposible no ver en ella una condenación del acto de Júpiter. Es imposible, asimismo, no ver en el cuadro una condenación de la homosexualidad utilizando una estrategia que aún hoy en día es usada para justificar el odio a los homosexuales: exagerar grotescamente el supuesto peligro que ellos representa para la inocencia infantil. Es una ilustración de la misma mentalidad que se ve a un pederasta en cada homosexual.
Para Rembrandt no hay sensualidad ni placer posible en la idea del rapto del efebo, sino violación, y por ello Ganímedes es aquí sí un infante: “il sovrano celeste assume le spoglie dell’aquila per rapire un bambino di circa tre anni, che piange disperato, agitando il sonaglino che portaancora in mano” (Marongiu 36). En este cuadro -nada inocentemente, en mi opinión-, el pintor muestra no sólo a un niño, sino a un niño aterrado llorando despavorido mientras que el águila voraz lo sujeta de las ropas, dejando al descubierto las nalgas gordas del infante que debido a blancura contrastan con el fondo oscuro y obligan al espectador a centrar la mirada en ellas. El paisaje es oscuro y lóbrego con nubes que amenazan tormenta, mientras que la escena en general es escalofriante por otro hecho: a causa del miedo, el niño literalmente se orina y podemos ver con cierto dramatismo el chorro de orina serpenteando hacia la tierra.
Las representaciones de la homosexualidad como la predadora actividad de viejos perversos cuyo deseo aterra porque es un peligro para la infancia (Rembrandt) o como la compleja y ambigua relación entre la juventud seductora y sobreprotegida, que en realidad es más sexual de lo que queremos aceptar y sabe manipular el deseo que despierta en los otros para obtener beneficios (que sería la interpretación de Correggio), contrastan con la interpretación de Miguelángel que ve en el mito una relación consciente entre dos seres adultos en control de sus sentimientos y su sexualidad, voluntariamente aceptando el amor que sienten uno por el otro, lo cual permite al pintor italiano, como a Drummond, acercarse a este tema con mayor honestidad y mejores posibilidades intelectuales; también le permite ir más allá y proyectar la meditación sobre el deseo y la sexualidad humana a otras posibilidades menos convencionales, revisando así la esencia misma del deseo y sus efectos en la condición humana.

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El tema del rapto de Ganímedes, pues, tiene una larga tradición en el arte pictórico occidental y ello establece una relación interesante entre el mito y la mirada en cuanto que estos cuadros son, obviamente, para mirarse, pero también en cuanto que ofrecen la mirada particular (el punto de vista) del pintor e incluso en ciertos casos, como en el de Correggio en que Ganímedes mira al observador, hay una interacción entre éste y los personajes del cuadro. La mirada es también fundamental en el poema de Drummond, en el cual el amor es visto como una relación compleja la cual puede proporcionar placer y dicha extraordinaria, pero también sufrimiento, en cuyo caso, propone el poeta, es mejor bajar los ojos con respeto y discreción. Esta presentación del amor como un sentimiento ambivalente no es negativa en el sentido en que la tradición occidental exige la sublimación de los instintos que no considera “nobles”, sino el reconocimiento simple de que el deseo es un aspecto natural de la vida que no se resuelve de manera simplista en la oposición radical entre carne y espíritu. Esto es importante porque permitirá al poeta pasar a de la antigüedad griega al Brasil contemporáneo de manera casi imperceptible, extendiendo la naturalidad de la sexualidad a la homosexualidad:
se esses raptos terríveis se repetem
já nos campos e já pelas noturnas
portas de pérola dúbia das boates.(266)
Con estos versos el poema traslada su meditación de la mitología griega a la época contemporánea y junto con una serie de especulaciones introducidas con la conjunción “se” (si), expande su meditación sobre la pasión y el dolor que puede causar el deseo, el cual, dice, puede ser más intenso en el caso de la homosexualidad. Si estos raptos se repiten en los bares y los campos y si el beso estéril de la homosexualidad (estéril únicamente porque no produce prole) provoca sollozos y si todo parece aún más triste bajo el cielo en estas condiciones es debido a la incomprensión social, ya que el pecado cristiano agregado al misterio pagano sólo empeora esta situación. Lo interesante del poema de Drummond, con todo, no es ese reconocimiento del dolor de la pasión incomprendida, sino su invitación a bajar los ojos ante el dolor ajeno:
baixemos nossos olhos ao desígnio
da natureza ambígua e reticente:
ela tece dobrando-lhe o amargor,
outra forma de amar no acerbo amor.(266)
Es una invitación a mirar a otra parte por respeto y consideración con una actitud de solidaridad inusitada de quien, como apunta Latuf Mucci, es “voyeur agudo e nada tímido dos atos da sociedade” (12).
Dije al principio que la mirada fija era considerada por lo general una amenaza y que la mirada del homosexual era interpretada como un desafío a la sociedad burguesa, y en ese sentido bajar los ojos podría ser interpretado como un negarse a reconocer la existencia de la homosexualidad y una desaprobación de ésta. En este poema, sin embargo, se trata de una invitación a aceptar la naturalidad de la homosexualidad y a someterse a los designios de la naturaleza. Este acto de bajar la mirada, de esta forma, se convierte en un acto de humildad muy similar a lo que Séneca llamaba oculorum verecundia. Es decir modestia de la mirada, una virtud altamente estimada en la sociedad latina clásica ya que “shame and honor were not antithetical emotions for the ancient Romans. To have a sense of honor was to have of sense of shame, of pudor or verecundia” (Barton 217). Por ello, bajar los ojos con sometimiento ante los dioses o un igual no humilla sino enaltece tanto a quien los baja como a la persona ante quienes son bajados. Drummond asume una actitud similar frente al dolor del otro, particularmente en el “otro” homosexual quien es incomprendido sin razón, ganando con esto un entendimiento mayor de la humanidad propia y del otro a través de la compasión y la solidaridad.
No hay falsos triunfalismos en la poesía de Drummond, y sin embargo la sensación que deja la lectura de “Rapto” no es nada catastrófica; por el contrario: es la solidaridad, es el guiño de ojo, es la palmadita en la espalda de quien sabe del dolor que causa el amor, y de quien sabe también que éste, a pesar de todo, puede ser reconfortante y feliz y elevarnos por encima de lo mundano hasta las cimas de lo divino por medio del placer o del encuentro espiritual o intelectual como Ganímedes. Por eso, ante el espectáculo del dolor ajeno, el poeta baja los ojo, no con desaprobación ni hipocresía, sino con un claro entendimiento y un gran respeto -y al fin una solidaridad inusitada con el otro sufriente- por dicho dolor. Es como si el poeta estuviera declarando: entiendo tu dolor y discretamente me hago aun lado pues quién soy yo para juzgar los designios de la naturaleza ambigua y reticente.
NOTAS
1En una serie de experimentos realizados durante los años sesenta en Estados Unidos y Europa del norte, en los que se analizó por primera vez la importancia de la mirada en la comunicación e interacción social, se observó que el mirar a los ojos era parte de un complejo sistema de comunicación por medio del cual los seres humanos agregaban cierta intimidad de sus relaciones sociales, el cual contenía mensajes que sólo se podían decodificar tomando en cuenta el contexto. Por ello mismo, el estado de ánimo era importante. Así, en situaciones en que uno de los hablantes se sentía avergonzado por el tema o las circunstancias de la interacción o en los casos en que uno de ellos se encontraba en condiciones de tristeza, angustia o dolor, la tendencia a mirar o ser mirado fijamente por el interlocutor era mucho menor. Es decir que mirar directamente a alguien en tales circunstancias era considerado una indiscreción o incluso una agresión. Véase Looking and Seeing de D. R. Rutter.
2Véase la introducción de W. H. Auden a los poemas completos de Constantine Cavafy en la edición citada aquí.
3Según el Oxford Companion to Classical Literature:
The conventional use of the term “boy” to designate a male in his capacity as an object of male desire is somewhat misleading, because males were customarily supposed to be sexually desirable to other males mostly in the period of life that extended from around the time of puberty (which probably began very late in the ancient Mediterranean) to the arrival of the full beard.(351).
4Con respecto a las interpretaciones que se han hecho del mito, James M. Saslow menciona la dualidad con que el neoplatonismo ve el simbolismo del rapto del efebo, donde aparte del obvio erotismo, puede leerse un rapto “espiritual”:
Neoplatonism identified the sense of rapture, of intense physical delight in the presence of one’s beloved, as the closest earthly analogue to the exaltation of experiencing divine love. Already in late antiquity the abduction of Ganymede had appeared on sarcophagi as a symbol of mystical reunion with God after death. (23)

Obras citadas
Auden, W. H. “Introduction”. The Complete Poems of Cavafy. Rae Dalven, trd. San Diego/New York/London: Harcourt Brace Jovanovich, Publishers, 1976.
Barton, Carlin. “Being in the Eyes: Shame and Sight in Ancient Rome” en Frederick, 216-235.
Blanco, José Joaquín. “Ojos que da pánico soñar”. Función de medianoche. Ensayos de literatura cotidiana. México: Ediciones Era, 1981. 182-190.
Crompton, Louis. Homosexuality and Civilization. Cambridge, MA, The Belknap Press of Harvard UP, 2003.
Drummond de Andrade, Carlos. Nova reunião: dezenove livros de poesía. 2a ed. 2 vols. Rio de Janeiro: Livraria José Olympo Editora/Instituto Nacional do Livro, 1985.
Frederick, David. Ed. The Roman Gaze: Vision, Power, and the Body. Baltimore: Johns Hopkins UP, 2002.
Gutmann, Matthew. Changing Men and Masculinities in Latin America. Durham and London: Duke University Press, 2003.
Marongiu, Marcella. Il mito di Ganimede prima e dopo de Michelangelo. Firenze; Mandrágora, 2002.
Mucci, Latuf. “Em poema de Drummond, o amor homossexual”. Suplemento Literário de Minas Gerais, 5 de noviembre de 1988.
Ritter Santini, Lea. Il volo di Ganimede. Mito di ascensa nella Germania moderna.Venezia: Marsilio Editori, 1998.
Rutter, D. R. Looking and Seeing. The Role of Visual Communication in Social Interaction. Suffolk: John Wiley and Sons, 1984.
Saslow M. James. Ganymede in the Renaissance. Homosexuality in Art and Society. New Haven / London: Yale UP, 1986.
The Oxford Companion to Classical Literature. Simon Hornblower and Antony Spawforth, eds. Oxford / New York: Oxford UP, 1998.
Worley, Michael Preston. “The Image of Ganymede in France, 1730-1820: The Survival of a Homoerotic Myth”. Art Bulletin 77. 4 (diciembre 1994): 630-643.
Rafael Hernández Rodríguez (1963). Ensayista e crítico. Profesor de literatura, cultura y cine latinoamericano en la Universidad Estatal del Sur de Connecticut en los Estados Unidos. Es autor del libro Una poética de la despreocupación: modernidad e identidad en cuatro poetas latinoamericanos y co-editor de ¡Agítese bien! A new look at the Hispanic avant-gardes.
el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
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