• Publi Juicy Invitados
  • Publi Juicy Todos

Cómo nos culturizamos

General || Actualidad y cultura, pasado y futuro, también desde el punto de vista gay.
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
ver:
http://www.xtasis.org/foro/showthread.p ... 37&page=38


Entre el delito y el deleite: la traducción del universo báquico de Abu Nuwás 1

Anna Gil
Universitat Autònoma de Barcelona
Facultat de Traducció i d’Interpretació
08193 Bellaterra (Barcelona). Spain


Introducción

Khamr, nabidh, sulaf, rah, ‘uqar, sabuh, mudam, qahwa, safra, shamul… He aquí una pequeña muestra de algunas voces árabes para referirse al vino, néctar elaborado desde la Antigüedad en muchos puntos de la geografía oriental y en absoluto
desconocido en sus sociedades, que a pesar de las distintas censuras, nunca han dejado de beberlo y de cantarlo. Tanto es así, que incluso en la poesía, arte sublime de los árabes, el género báquico o khamriyya fue uno de los más exquisitos
y cultivados, desde el corazón mismo de la península arábiga hasta los lindes de
al-Andalus.
El máximo exponente de esta tradición poética árabe es sin duda Abu Nuwás,
hombre real que vivió gran parte de su vida en la Bagdad del siglo VIII d. C., poeta
ya celebrado en vida y cuya popularidad y reconocimiento han sobrevivido al paso
de los siglos, pero también personaje legendario de Las mil y una noches, bufón
de la corte de Harun al-Rashid, entrañable libertino, hedonista y subversivo. En su
universo báquico, cargado de metáforas, personificaciones y juegos de palabras,
se entremezclan armoniosamente copas, tazones y cálices; coperos, gacelas y
comensales; tabernas, conventos y jardines; califas, imanes y diablos; árabes beduinos y persas urbanos; cristianos y judíos; vírgenes veladas, hijas de la vid, escondidas en ánforas selladas y custodiadas por el comerciante, padre celoso que sólo la entregará a quien le ofrezca la mejor dote; campamentos en ruinas y vida cortesana; perfume de manzana, de almizcle y de arrayán. Un universo construido
desde y para el vino, principio y fin de una obra que explora con palabras y desde
el placer todas las posibilidades de un néctar nada divinizado, sino más bien cargado
con todos los adjetivos de la humanidad.
Reflexionar sobre la traducción de la obra báquica de Abu Nuwás, sobre sus
fidelidades y sus traiciones, sus delitos y sus deleites, es el propósito de este artículo,
que tentará también un análisis del universo báquico de este clásico universal
y de su lenguaje poético.
El artículo se divide en dos partes. En la primera, se realizará un análisis exhaustivo
de los principales temas o «constelaciones» que forman la obra báquica de
Abu Nuwás. En la segunda parte, se estudiarán los principales problemas de tipo
traductológico que surgieron durante la traducción de los más de doscientos poemas
báquicos de Abu Nuwás que realizamos Jaume Ferrer Carmona y yo misma.
Dicha traducción se desarrolló en dos fases: la primera, al catalán, entre los años
1998 y 2002,1 y la segunda, al castellano, entre 2006 y 2008.2 Para ambas traducciones partimos de las dos ediciones árabes más prestigiosas: la de Ewald Wagner,3 publicada en Stuttgart en 1988, y la de Ahmad Abd al-Magid al-Ghazali, publicada en El Cairo en 1953.4

1. Constelaciones nuwasíes
El universo báquico de Abu Nuwás está formado por múltiples constelaciones, todas ellas, hasta cierto punto, interdependientes. Describirlas una a una, con toda la atención que se merecen, escapa a las posibilidades de este estudio.5 No obstante, sí que consideramos necesario presentar, aunque sea someramente, las principales
constelaciones nuwasíes, con la esperanza de que más tarde sirvan para ilustrar el análisis de la traducción que abordaremos en la segunda parte de este estudio.

1.1. El vino y sus atributos
El vino, en la obra de Abu Nuwás, no constituye un elemento aislado, sino que
siempre aparece rodeado de toda una pléyade de atributos perceptibles a través de
los cinco sentidos.

1.1.1. Vista
El vino de Abu Nuwás es ante todo luz: candil que alumbra el rostro del amado,
relámpago en la noche oscura, fuego ardiente que calienta las manos de quien lo sostiene, alba que avanza en su viaje nocturno, sol que surge de la copa para ponerse
en la boca del bebedor, astro luminoso que gira entre los comensales o, desatendiendo
toda ley cósmica, alrededor de la luna-copero; lumbre que conforta a los amigos durante las largas noches de invierno y que guía las caravanas que perdieron
su camino; luz cegadora que hiere los ojos de quien lo mira.

1.1.2. Olfato
El perfume del vino es comparado a menudo con el aroma del almizcle o de la manzana —manzana del Líbano, manzana fresca, manzana líquida. Cual frasco de perfume, el vino exhala un olor sólo comparable al de aliento del amado o al del jardín en flor donde los amigos beben. Su fragancia puede ser tan embriagadora como el propio vino.

1.1.3. Tacto
El vino, dentro de la copa, quema con su luz los dedos del bebedor o, al ser transportado por el copero, tiñe de rojo las manos de éste, como si estuvieran decoradas con henna o cubiertas de sangre. Pero el vino tiene también un tacto suave como la seda, o rugoso, si la copa está tallada o el cáliz esculpido con figuras de guerreros persas.
Entre el delito y el deleite: la traducción de Abu Nuwás Quaderns. Rev. trad. 16, 2009 267


1. ABU NUWÁS (2002). Khamriyyat, poesia bàquica. Barcelona: Edicions Proa. Premio de la Crítica
«Serra d’Or» a la mejor traducción del año 2003 y finalista del Premio Nacional de Traducción
del mismo año.
2. ABU NUWÁS. Poesía báquica. Madrid: Cátedra, col. Clásicos Universales, en prensa.
3. ABU NUWÁS, al-Hasan Ibn Hani (1988). Der Diwan des Abu Nuwas. Stuttgart: Mainz, 1988.
4. ABU NUWÁS, al-Hasan Ibn Hani(1953). Diwan Abi Nuwas. El Cairo: Dar al-Kitab al-Arabi, 1953
5. Para una excelente introducción a la obra báquica de Abu Nuwás, ver el reciente estudio de Philip
Kennedy Abu Nuwas: a Genius of Poetry, OneWorld Press, 2005 y del mismo autor The Wine
Song in Classical Arabic Poetry: Abu Nuwas and the Literary Tradition, Open University Press,
1997. Otro importante estudio de la obra de Abu Nuwás, que incluye algunos poemas traducidos
y una muy completa introducción de la obra báquica del poeta, es el realizado por Vicent Mansour
Monteil Abu Nuwas: le Vin, le Vent, la Vie, Simbad, París 1979. Finalmente, para un análisis pormenorizado
de los temas que conforman el universo báquico de Abu Nuwás, ver «Poésies bachiques
d’Abu Nuwas: thèmes et personages», de Jamel Bencheikh, publicado en el Bulletin d’Études
Orientales 18, 1963-1964, 7-89.
el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Entre el delito y el deleite: la traducción del universo báquico de Abu Nuwás 2


1.1.4. Oído
El vino de Abu Nuwás tiene además la particularidad de hablar. En la intimidad de la noche, cuando los otros bebedores yacen abatidos por la ebriedad, el vino susurra secretos al bebedor, canturrea como una virgen en su gineceo o añejo cuenta las historias más antiguas del mundo.

1.1.5. Gusto
Contrariamente a lo que cabría pensar, Abu Nuwás parece más interesado en los
efectos del vino que en su sabor. El vino que nos describe no debía de ser, en efecto,
ninguna exquisitez. Según explican las fuentes antiguas, en aquella época la bebida que se obtenía de la fermentación de la uva era un líquido espeso y bastante amargo que para ser consumido debía ser mezclado con agua. En Abu Nuwás, la unión del agua con el vino dará pie a toda una simbología poética en la que el agua (en árabe, palabra masculina) simboliza al hombre y el vino (en árabe, palabra femenina) la mujer. Así pues, no debe parecernos extraño que el sabor del vino nos sea presentado a menudo como «picante como la pimienta», o tan amargo «que hace arrugar la nariz». Eso sí, el vino debía servirse siempre fresco.

1.1.6. Los efectos del vino
El vino de Abu Nuwás es siempre embriagador. Gracias a sus efectos, el feo se vuelve bello y el necio inteligente. Su fuerza es tan grande, que tan solo en una noche puede dejar abatido a todo un ejército de comensales. Asimismo, el vino corre por las venas del bebedor, reptando por ellas como una serpiente, hasta desatar todos los lazos de su túnica y de su pudor.

1.2. Comensales, coperos y censores
El tema báquico no se puede separar del tema amoroso en la poesía de Abu Nuwás.
El servidor del vino, los comensales, son objetos y sujetos de un erotismo sin trabas,
de lo que en árabe se denomina mujun, libertinaje, obscenidad, amor explícito e irreverente. Los versos de la pasión por el vino y del enamoramiento de los coperos y comensales se confunden en dobles ebriedades, una etílica y la otra erótica.
La conducta del triangulo formado por el poeta, el copero y el comensal no se encuentra, sin embargo, exenta de (auto) crítica. La figura del censor, encarnación de la moral más conservadora, instará continuamente al poeta y a sus amigos a dejar de beber vino y de entregarse a las pasiones. La respuesta del poeta será siempre contundente: cuanto más critica el censor, más me incita a pecar.

1.2.1. El poeta
Abu Nuwás no es sólo el poeta bagdadí de corte modernista que llegó a ocupar ya en vida uno de los más altos sitiales de la poesía árabe clásica. Abu Nuwás es también un personaje más dentro de su propio universo poético. Esclarecer dónde se encuentran los límites entre el hombre real y el literario no parece tarea fácil. ¿Era Abu Nuwás tal y como él mismo se describe en sus poemas? ¿Acaso existió alguna vez aquel personaje entrañable, paradigma de la libertad individual? Si no fue así, mucho debió de mentir el poeta en su obra. Libertino, hedonista, irreverente, subversivo, ingenioso, burlón. He aquí algunos de los adjetivos que siempre han acompañado, indistintamente, al hombre y al mito.

1.2.2. El copero
El copero es uno de los personajes centrales de la obra báquica de Abu Nuwás.
Escanciador del vino, el copero es también servidor de otros placeres. Gacela de mirada seductora, rama de sauce que se contornea sobre la duna de sus caderas, el copero sirve de su mano el vino y de sus ojos otro vino, igual de embriagador.
Personaje de sexualidad ambigua, andrógeno, a menudo sólo sabemos que se trata de un copero o de una copera por el género del nombre propio con el que el poeta se refiere a ellos. Si nos tuviéramos que guiar por su descripción física, no los distinguiríamos.
En cualquier caso, Abu Nuwás no oculta su preferencia por los chicos, y si es una copera quien lo atiende, ésta irá vestida y se comportará como un mancebo, será una gulamiyya, palabra formada por el sustantivo gulam, que significa chico, pero con la terminación femenina, -iyya. Feminidad y masculinidad son tratados con una ambigüedad sin reparos. Así pues nos encontramos ante dos formas de amor: una, el amor casto y femenino que se siente por el vino, y el otro el amor obsceno y andrógino que inspira el copero.

1.2.3. El comensal
Al igual que el copero, el comensal juega un papel determinante en la escena báquica
nuwasí. El comensal, como el copero, es detentor de las mejores virtudes: inteligencia,
refinamiento, sensibilidad, devoción por el vino y amor por los amigos. El comensal de Abu Nuwás nunca será un árabe de pura cepa, beduino amante de la vida en el desierto, de las batallas entre tribus y de la poesía clásica. El comensal de Abu Nuwás es urbano, moderno, «multicultural», que es como se podría calificar, aunque un tanto anacrónicamente, a los intelectuales que como el propio Abu Nuwás simpatizaron con la shuubiyya, aquel movimiento «persanizante» y liberal nacido en una Bagdad multiétnica y cosmopolita, capital del imperio más rico del mundo. Pero entre todos los comensales de Abu Nuwás, descuella la figura del califa Muhammad al-Amín, a quien la tradición popular ha acabado confundiendo con su padre, Harún al-Rashid, califa quizás más «glamuroso» aunque no tan dado al vino como su heredero y sobre todo, mucho más severo que éste en cuanto a la aplicación de la ley. Abu Nuwás conoció la cárcel y el exilio por orden de Harún al-Rashid, por mucho que en Las mil y una noches el califa padre y el poeta bufón aparezcan como amigos inseparables.

1.2.4. El censor
La censura es otro motivo de crítica en la poesía báquica de Abu Nuwás. Su relación
con la autoridad religiosa y política del califa, así como con la opinión pública, son inextricables. Imán, califa, censor, sociedad, forman en Abu Nuwás un todo a menudo indisoluble, donde sus partes se retroalimentan y donde casi nunca aparecen claramente definidas. Esta crítica le sirve de pretexto para construir con todavía más fuerza el mundo que él defiende, la posición subversiva que ha adoptado
Entre el delito y el deleite: la traducción de Abu Nuwás ante una vida que lo constriñe y lo limita. Gran parte de los poemas báquicos arrancan con una exclamación dirigida a este censor en que el poeta le exhorta a dejar de censurarle de una vez por todas. Este íncipit sirve a Abu Nuwás para exponer al lector los motivos por los cuales bebe vino o actúa de manera reprochable a los ojos del censor. No se trata de nada más que de un simple recurso argumentativo y formal, una réplica que da lugar a la exposición de toda una filosofía de vida en el placer, manteniendo al oponente en un segundo plano, pero sin olvidarse de él.
El censor, el espía, ese personaje odioso que siempre está presente y que siempre
está al caso de todo, reprocha al poeta constantemente su libertinaje. Pruebas no le faltan. Pero Abu Nuwás, para defenderse, utiliza todos los recursos que tiene a su disposición. Si hay quien lo condena con argumentos teológicos, él le dedica un poema en el que se los desmonta. Si el censor innova en su crítica, él innova en su defensa. En cualquier caso, todo ello no hace más que incitarle a beber todavía más, acrecentando así la ira del censor. Y si los censores lo conminan a dejar de beber, el poeta anima a sus compañeros a rebelarse como él y a seguir bebiendo. No teme los azotes. El censor es un ignorante que nada sabe de los placeres y que se cansa inútilmente queriéndole apartar de la vida que a él le place.

1.3. El espacio báquico
El espacio báquico —a diferencia del tiempo, que en Abu Nuwás es sólo presente— se expande en diversas direcciones, ocupando lugares muy diversos. Todos estos lugares tienen, sin embargo, un denominador común: en ellos el poeta y sus amigos gozan del vino, del amor y de la música. Tabernas, conventos, jardines y viñedos, salones literarios o de la corte califal, se convierten en la poesía de Abu Nuwás en espacios físicos de libertad y placer, de hedonismo y de amistad.


el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Entre el delito y el deleite: la traducción del universo báquico de Abu Nuwás 3

1.3.1. Las tabernas
Las tabernas, como sucedía también con los conventos, se encontraban situadas
extramuros, en pequeñas aldeas de los alrededores de Bagdad o en plena campiña,
entre huertos y viñedos. Detentadas generalmente por judíos o cristianos, estas
tabernas solían producir su propio vino. En los poemas de Abu Nuwás, las visitas a la taberna siempre transcurrían de noche, cuando todo el mundo dormía en la ciudad y la pandilla de amigos podía pasar desapercibida. La caravana de disolutos cruzaba entonces las murallas de Bagdad y se adentraba en el desierto oscuro, sin más guía que la luz del vino, que desde la taberna les indicaba el camino a seguir, como si de un faro se tratara. Una vez allí, el tabernero o tabernera, judío o cristiano, les abría temeroso la puerta después de interrogar al grupo desde dentro y comprobar su solvencia y seriedad. Ya en el interior, los amigos pagarían un precio a la altura del vino, y si éste les vencía, se quedarían en la taberna a pasar esa noche, y tal vez las siguientes.

1.3.2. Los conventos
Los conventos cristianos que aparecen en los poemas báquicos de Abu Nuwás se
encontraban también extramuros, como obligaban las leyes hacia los dhimmis, es decir, los miembros de «las religiones del Libro». En estos conventos solían acoger también, aunque más puntualmente, a los jóvenes bebedores, a quienes ofrecían o vendían el vino que el convento producía. Las escenas báquicas que transcurren en estos conventos son verdaderos documentos sociológicos, pues Abu Nuwás da muchos detalles de cómo se organizaba la vida en ellos.

1.3.3. Los jardines
Los jardines, huertos y viñedos son también algunos de los lugares de encuentro del poeta y sus amigos. Junto a un riachuelo, bajo la copa de frondosos árboles, rodeados de las más sutiles flores o junto a una vid; sentados en cojines o tumbados en el suelo, los comensales hacen girar el vino mientras escuchan la melodía del laúd tañido por una esclava cantora. En estos poemas, vino y copero serán siempre comparados con las flores, ya sea para describir su perfume, como para alabar su belleza.

1.3.4. La corte
La corte del califa es otro de los lugares de placer y de vino. Y hemos visto que el
propio Príncipe de los Creyentes, Muhammad al-Amín, era uno de los comensales más fieles de Abu Nuwás. Como es fácil imaginar, las fiestas en casa del califa son descritas por Abu Nuwás como las mejores de todas, las más refinadas y generosas.
Música, canto, poesía, placer: nada de ello faltaba para acompañar al buen vino y a los más selectos comensales.

1.4. Vino e Islam
Abu Nuwás fue un maestro en el arte de la provocación y su rechazo manifiesto por todo aquello que la península arábiga y sus habitantes dieron al mundo también había de afectar, como no podía ser de otra manera, a una de sus principales aportaciones: el Islam. ¿Pero de dónde nace esta crítica hacia la religión? Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta diversos factores. En primer lugar, hay que mencionar el carácter ortodoxo del califato de Harún al-Rashid, que como hemos visto llevó a Abu Nuwás primero a la cárcel y luego al exilio. En segundo lugar, no debemos olvidar que el califa es también imán, es decir, el guía espiritual de la comunidad musulmana y la máxima autoridad religiosa después de la muerte del Profeta. Asimismo, los preceptos restrictivos del Islam en lo tocante al vino, así como el libertinaje y la libertad de pensamiento, llevaron a nuestro hombre a cometer las peores faltas. El poeta y crítico árabe Adonis apunta, en este sentido, que «Abu Nuwás es el poeta de la falta por ser el poeta de la libertad».6 Según Adonis, Abu Nuwás convierte la vida del placer —y secretamente el vino— en elemento de culto, creando a su alrededor toda una escatología divina que va desde una liturgia y un lenguaje propios hasta toda una simbología digna de una verdadera religión, eso sí, una religión propia y completamente personal. Este incipiente, o tal vez coyuntural, laicismo de Abu Nuwás cuando dice aquello de «yo tengo mi religión»7 es uno de los elementos que dotan su obra de una gran modernidad.
Nos encontramos ante un poeta que hace de sus versos una reivindicación de la libertad, de la vida, del presente y del placer. Él establece una separación entre poesía, por un lado, y moral y religión, por otro. Se niega a encarnar su época, proclamando una nueva moral que es la de la acción y opinión libres, lo que Adonis
denominó la moral de la falta.8

1.4.1. Beber en Ramadán
Ramadán, mes de ayuno y contención, no podía en ningún modo despertar la simpatía
de nuestro poeta hedonista y bon vivant. Este mes del calendario lunar musulmán,
al que Abu Nuwás llega a personificar, será objeto de las sátiras más despiadadas y blasfemas del poeta, quien no dudará en poner todo su ingenio al servicio de un escarnio de dimensiones mucho mayores. Ramadán se convertirá pues en un enemigo acérrimo de los bebedores, aunque ellos seguirán bebiendo vino a escondidas, encerrados en una taberna o haciéndose pasar por cristianos.

1.4.2. La peregrinación a la taberna
Pero el ayuno no es el único pilar del Islam que recibe los dardos verbales de Abu
Nuwás. La peregrinación, en el universo simbólico de nuestro poeta, ya no se realiza a la Meca, sino a Bagdad, capital de los placeres, o a los viñedos de Karkh o Qutrubbul. La taberna, convertida en nueva Kaaba, esconde la mejor reliquia: un vino añejo en torno al cual los amigos no dudarán en girar.

1.4.3. Los otros preceptos del Islam
En uno de sus más celebrados poemas, Abu Nuwás simula un diálogo entre un sabio alfaquí, docto en la ley islámica, y su discípulo. Éste último va preguntando al maestro por los deberes y obligaciones del buen musulmán, a lo que el supuesto alfaquí responde con todo tipo de reniegos que desmontan desde la limosna preceptiva hasta la guerra santa, pasando por el juego, el adulterio, la sodomía o la oración.

1.4.4. El vino y el demonio
Pero si a alguna cosa se somete Abu Nuwás es a la seducción del demonio, sumisión
plenamente consciente, de tal modo que parece que el poeta no es seducido por el
diablo, sino al revés. Con el diablo seductor ha firmado un singular pacto nada fáustico,
ya que es el propio poeta quien lo propone y el diablo quien lo acepta. Si este
último rompiera el pacto, perdería a su adorador más ferviente, algo que, por la
reacción que tiene, no parece dispuesto a hacer. Cuando el enamorado se muestra
esquivo, el poeta invoca al demonio, como también lo hace para proteger el vino de los malos bebedores. El demonio es el alcahuete perfecto que propicia la unión.

6. ADONIS (1997). Poesía y poética árabes. Madrid: Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Traducción de Carmen Ruiz-Bravo, p. 44.
7. En alusión a la famosa aleya coránica, en el que se dice a los infieles «Vosotros tenéis vuestra religión y yo tengo la mía» (Corán 109: 6).
8. Ibíd., p. 45.

el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Entre el delito y el deleite: la traducción del universo báquico de Abu Nuwás 4

1.5. Vino y poesía
En los poemas de Abu Nuwás los árabes de pura cepa llevan las de perder. Las tribus
y sus luchas intestinas, su estima desmesurada por las genealogías, su ciega
veneración por el desierto y sus miserias, son a menudo ridiculizadas por nuestro poeta. Y también es escarnecida su poesía más tradicional: tesoro de los árabes, arte excelso de los beduinos, de los nómadas, que al no poder erigir palacios de piedra, erigen palacios de palabras. Es la única obra de arte que, a pesar de su inmensidad, es transportable. La poesía es su arquitectura, sus palacios bellamente esculpidos y a la vez la fortaleza desde la que se defienden de los ataques verbales de sus enemigos.

1.5.1. El campamento abandonado
Un elemento siempre presente en la obra nuwasí es la crítica, unas veces subyacente,
otras veces explícita, al rigor y a la convención de la tradicional casida árabe, forma beduina de la más genuina poesía clásica que, en manos de los poetas llamados «modernos», empieza a descomponerse desde los inicios del imperio omeya y que, en la época y en el ambiente de Abu Nuwás, ya no es más que un recipiente vacío de sentido, agrietado, demasiado alejado de la realidad cultural y social de la capital. Abu Nuwás ataca la normativa clásica que obliga al poeta a tratar ciertos temas, de cierta manera y en una distribución precisa. Ejemplo de ello es el prólogo amoroso o nasib con que suele arrancar la casida clásica y en el que el poeta llora ante la visión de los restos del campamento de la amada, abandonado por ésta y por su tribu en su deambulación nómada por el desierto. En este prólogo amoroso el poeta exhorta a sus compañeros de viaje a hacer un alto junto al campamento abandonado y a recordar los momentos pasados junto a su amada. Abu Nuwás invierte, una vez más, los términos de este juego poético para «arruinar el motivo de las ruinas» con su sarcasmo implacable. De este modo, al inicio de muchos de sus poemas, en lugar de llorar ante el campamento abandonado, el poeta incita al amigo a seguir bebiendo; en lugar de describir los restos del paso de la tribu por el desierto, el poeta describe los restos de copas y vino después de una velada entre amigos; en lugar de evocar el recuerdo de la amada y del juego amoroso, el poeta evoca el recuerdo de la noche anterior pasada en la taberna junto al amado; en lugar de mencionar los nombres de los lugares del desierto, el poeta menciona los nombres de aldeas vinícolas.

1.5.2. «Intra»textualidad
Otra referencia a la poesía árabe en los poemas báquicos de Abu Nuwás es la inserción
de versos de otros poetas —preferiblemente modernistas, aunque también clásicos—
en el interior de sus propios poemas. Estos poemas, con la misma métrica y rima, se funden en el poema nuwasí para adquirir nuevos matices, incluso sentidos totalmente distintos a los que tenían en su marco poético anterior.


2. La traducción del universo báquico de Abu Nuwás
Los problemas de traducción a los cuales debimos enfrentarnos al traducir los poemas
báquicos de Abu Nuwás son fundamentalmente de cuatro tipos:
1. problemas estructurales y de presentación de la obra,
2. problemas terminológicos,
3. problemas estilísticos,
4. problemas de documentación.
A continuación, se ofrece un análisis de estos problemas acompañado de algunas de las soluciones adoptadas para resolverlos.

2.1. Problemas estructurales y de presentación de la obra
2.1.1. Ordenación de los poemas
En los compendios de poesía árabe clásica los poemas suelen aparecer ordenados
en función de su rima, que como ya hemos mencionado más arriba es generalmente
única. Esta rima se construye en torno a la última consonante de la palabra con la que termina el verso, que funciona de soporte y que irá siempre precedida y seguida de vocal o de ausencia de vocal (sukun o silencio). Así, por ejemplo, se habla de un poema terminado en ra («erre»), en fa («efe»), etc. sin indicación de las vocales que la acompañan, que pueden variar según el poema.
El diwan de Abu Nuwás no representa, en este sentido, ninguna excepción:
empieza con los poemas terminados en rima alif (primera letra del alfabeto árabe) y termina con los acabados en rima ya (última letra). No hace falta decir que esta ordenación de los poemas por rima no se podría aplicar de ninguna manera a una traducción española o catalana. En este sentido, nuestra propuesta de ordenación de los poemas fue una propuesta global que afectó a todo el texto.
Ya se ha hablado, aunque sea a vuelapluma, de la complejidad del universo báquico de Abu Nuwás y de la multiplicidad de elementos que lo forman. De este modo, consideramos que la manera más clara, coherente y amena de presentar una obra temáticamente tan heterogénea como es la obra báquica de Abu Nuwás debía pasar forzosamente por una reagrupación de los poemas por temas, de manera que el lector penetrara en este «universo poético» partiendo de los principales temas o «galaxias» que lo forman, cada una con sus diversas «constelaciones». Esta reordenación se materializó con la división de los poemas en diez grupos de tipo temático correspondientes a los siguientes diez capítulos o partes.

2.1.2. Introducciones explicativas
Esta agrupación de los poemas por temas, pese a la evidente claridad que aportaba al conjunto de la obra, seguía no obstante sin resolver uno de los principales problemas que presentaba la traducción de esta obra, a saber, cómo introducir el universo báquico de Abu Nuwás de manera que el lector llegara a comprender no sólo su estructura, sino también su funcionamiento y sus partes. Además, quedaba pendiente dar respuesta a toda una serie de cuestiones relevantes para el disfrute y comprensión de la poesía nuwasí que, siendo demasiado específicas de alguno de sus temas, no habían podido ser abordadas en el prólogo del libro.
Fue entonces cuando se nos ocurrió incluir una pequeña introducción, de no más de dos páginas de extensión, delante de cada uno de los diez capítulos. Estas introducciones nos sirvieron, por un lado, para presentar cada uno de los capítulos-
temas de manera progresiva, y por otro, para comentar todas aquellas cuestiones específicas a los poemas que a nuestro parecer requerían una explicación
adicional. El resultado fue una traducción «arropada» por un prólogo y por diez
pequeñas introducciones correspondientes a los diez capítulos en los que se dividen
los poemas.


el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Entre el delito y el deleite: la traducción del universo báquico de Abu Nuwás 5

2.2. Problemas terminológicos
2.2.1. Los 62 nombres del vino
Una de las dificultades que plantea la traducción de una obra como los poemas báquicos de Abu Nuwás es la inmensa profusión de términos empleados por el poeta para referirse al vino. Tal es así, que el gran especialista franco-marroquí Jamel Bencheikh9 contabilizó hasta 62 voces, entre palabras y sintagmas, en la obra báquica de Abu Nuwás para denominar al vino.
Ante una profusión tan grande de términos, el traductor percibe rápidamente sus limitaciones. Es obvio que en cualquier traducción siempre se acaba perdiendo algo por el camino, pero nosotros no estábamos dispuestos a dejar correr la oportunidad de ampliar el abanico semántico de un concepto —el vino— tan central en la obra que estábamos tratando de traducir. En algunos casos, la solución pasó, como no podía ser de otra manera, por un regreso al pasado de la palabra, a su etimología. Así, por ejemplo, el término shamul, que significa vino en su primera acepción, tiene su origen en la tradición según la cual el vino mejoraba cuando era expuesto durante unos días al viento del norte (norte, en árabe shamal). Del mismo modo, sabuh (de la raíz sabaha, amanecer) es el primer vino del día, el que se tomaba de buena mañana para curar la resaca o por simple placer.

2.3. Problemas estilísticos
Los problemas de estilo en la traducción de la poesía báquica de Abu Nuwás se
concentran en dos ámbitos: el de las metáforas y el de la versificación, esencialmente
el del ritmo, métrica y prosodia.

2.3.1. Las metáforas e imágenes báquicas
La poesía árabe ha sido siempre muy rica en metáforas e imágenes. De hecho, estas
dos figuras retóricas son con mucha diferencia las más recurrentes en la obra de los poetas árabes clásicos.10 En traducción, la aparición de una metáfora o de una imagen requiere muy a menudo una toma de decisión consciente por parte del traductor. Por ejemplo, si en un poema se nos dice que «la luna giraba entre los comensales», ningún lector árabe un tanto avezado a la poesía dudará en entender que se está hablando del copero, que con su rostro blanco como la luna va sirviendo en ruedo a los bebedores. Para el lector español o catalán, en cambio, tal metáfora puede llegar a ser incomprensible, a menos que el contexto sea lo suficientemente explícito para dar a entender su idea. En nuestro caso, el problema de la traducción de las metáforas e imágenes báquicas de Abu Nuwás ha sido resuelto principalmente a través de tres estrategias:
1. conservación íntegra de la figura retórica original sin introducir modificaciones,
2. conservación parcial de la figura retórica original, explicitando uno o más de sus
elementos;
3. sustitución de la figura retórica original por otra figura retórica, como el símil,
la sinécdoque, etc.

2.3.2. Ritmo, métrica, rima
La cuestión métrica es uno de los caballos de batalla de cualquier traducción de
un texto poético. Los poemas de Abu Nuwás, como los de toda la poesía árabe clásica,
utilizan una métrica cuantitativa, eso es, la métrica no silábica que utiliza distintas
combinaciones de pies largos y cortos, cada una de las cuales recibe en árabe una denominación distinta (basit, tawil, mutakámil,̷) . Asimismo, todos y cada uno de los versos de un mismo poema registran una misma terminación fonética, o dicho de otro modo, los poemas árabes clásicos son monorrimos. Abu Nuwás fue hasta cierto punto un renovador de la poesía clásica beduina, pero lo fue sobre todo a nivel temático. Lo que hizo Abu Nuwás fue eminentemente romper los corsés que sujetaban la poesía árabe, abrir el poema a nuevos contenidos. En una palabra: liberarlo del yugo temático impuesto por la casida. Anivel formal, en cambio, la renovación de Abu Nuwás fue mucho más sutil. Rompió la unidad semántica del verso, introdujo la lengua hablada, sobre todo el diálogo, y compuso algún que otro poema estrófico. Sin embargo, su diwan sigue manteniendo la rima única y la estructura métrica de los clásicos.
En nuestro caso, optamos por traducir los poemas, tanto en catalán como en
castellano, según los sistemas métricos del catalán y del español respectivamente.
Durante mucho tiempo nos estuvimos preguntando si esta opción sería realmente
la que mejor se adaptaría al tono general de la obra. Ahora creemos responder que sí, por dos razones principales: una, la constricción (a todos los niveles, lingüístico, expresivo, etc.) que el corsé métrico aplicaba al poema nuwasí se perdía en una traducción en verso libre o incluso en una métrica acentual; dos, la métrica silábica respondía fabulosamente al efecto rítmico de los poemas de Abu Nuwás.

2.4. Problemas de documentación
2.4.1. Topónimos y antropónimos
Localizar en el mapa o en una enciclopedia el nombre de un barrio situado a las
afueras de Basora, el de una pequeña aldea productora de vino a escasos kilómetros
de Bagdad o el de un riachuelo cercano a Kufa, puede resultar complicado si tales lugares dejaron de existir hace ya algunos siglos. Lo mismo sucede cuando se quiere averiguar quiénes eran los Abs, los Banu Bábak o los Qad, o quién era un tal Nussaib o un tal Abu ‘Issa. Barriadas, aldeas, viñedos, monasterios, ciudades de provincia, lugares de paso de caravanas, mercados, terruños; nombres y sobrenombres de personajes célebres, de tribus, clanes y familias, salpican el texto nuwasí de topónimos y antropónimos pertenecientes a una época remota. Los problemas en torno a los nombres propios que surgieron durante nuestra traducción supusieron, por un lado, un trabajo importante de documentación, y por otro, una reflexión concienzuda acerca de cómo integrar en el texto las diversas connotaciones que encerraban muchos nombres propios. Un ejemplo: Qutrubbul era una población productora de vino situada al norte de Bagdad, por lo que constituye uno de los destinos más habituales de las escapadas nocturnas de Abu Nuwás y sus amigos. Otro ejemplo: los hashimitas eran descendientes directos del profeta Mahoma, por lo tanto, de noble linaje árabe. En éstos y otros casos nos pareció inadecuado introducir notas a pie de página, por lo que decidimos explorar otros terrenos. Para la traducción catalana, encontramos una solución «a medio camino », pues por un lado explicitaba e incluso ampliaba la información contenida en dichos nombres propios —topónimos y antropónimos—, y por otro no suponía ninguna intervención importante dentro del poema. Esta solución se basaba en la inclusión de una «guía onomástica» al final del libro que constaba de dos apartados: uno de topónimos y otros de nombres de personajes y tribus.

3. Conclusiones
Con este análisis, hemos querido contribuir a la reflexión en torno a las dificultades
que entraña la traducción de un texto poético, en general, y de un texto poético
árabe, en particular. Las soluciones que proponemos no han de ser entendidas, sin embargo, como verdades absolutas, ni tan siquiera como verdades relativas.
Cada texto ofrece tantas traducciones como lecturas hagan de él sus lectores. La
poesía de Abu Nuwás, así como la de otros poetas que cultivaron el género báquico,
no es ni será ninguna excepción. El campo queda, pues, abierto a todo aquel que aún quiera cultivarlo.

Bibliografía
ABU NUWÁS, al-Hasan Ibn Hani (1953). Diwan Abi Nuwas. El Cairo: Dar al-Kitab al-Arabi.
— (1988). Der Diwan des Abu Nuwas. Stuttgart: Mainz.
— (2002). Khamriyyat, poesia bàquica. Barcelona: Proa. Traducción de Jaume Ferrer y
Anna Gil.
— En prensa. Poesía báquica. Madrid: Cátedra, col. Clásicos Universales.
BENCHEIKH, Jamal. 1963-1964. «Poésies bachiques d’Abu Nuwas: thèmes et personages». Bulletin d’Études Orientales 18, 7-89.
KENNEDY, Philip (1997). The Wine Song in Classical Arabic Poetry: Abu Nuwas and the
Literary Tradition. Nueva York: Open University Press.
— (2005). Abu Nuwas: a Genius of Poetry. Oxford: OneWorld Press.
MONTEIL, Vincent Mansour (1979). Abu Nuwas: le Vin, le Vent, la Vie, París: Sinbad.



9. Ibíd., ver nota 5.
10. Un excelente estudio sobre la metáfora en la poesía árabe clásica es el realizado por Emilio García Gómez en su introducción a la traducción de los poemas de Ibn al-Zaqqaq realizada por él mismo: IBN AL-ZAQQAQ (1978). Poesías. Madrid: Instituto Hispano-Árabe de Cultura, col. Clásicos hispano- árabes bilingües, núm. 1.


el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
ImagenImagen

Un día Abu Nuwas se encerró en su cocina y preparó un gran festín, con ingredientes seleccionados y las especias más delicadas. Luego salió por los caminos, buscando un mancebo digno de sus esfuerzos, mientras rezaba a Dios: "Alá, mi amo y señor, te pido que me envíes a quien pueda disfrutar este banquete y se haga acreedor a retozos y escarceos conmigo.".

Apenas había acabado de hablar cuando aparecieron ante él tres jóvenes, hermosos e imberbes, como si acabasen de llegar del Paraíso, diferentes entre sí pero de igual belleza. Abu Nawus había pasado su vida en Bagdad, en la corte del Califa Harún al-Rachid, defensor de la fe, era dado a esos transportes y gozaba siendo feliz con hermosos muchachos, igual que el jeque de la fábula, que vivió su vida en la santa ciudad de Mosul pero pasaba todo el día soñando con las casas de placer de Alepo. Así, saludó a los jóvenes ritualmente, y ellos, que contestaron con educación, habrían seguido su camino de no haberlos detenido él diciendo: "Unid vuestros pasos a los míos y disfrutad de una noche de gozo; tengo vino añejo de monasterios, brochetas de carnes tiernas y cuencos de cerezas; dejemos limpios los platos, comamos todo y pasemos la noche en un dulce abrazo."

No hubo que insistir mucho a los jóvenes. "Oímos y obedecemos" dijeron, y le siguieron contentos a sus estancias. Hallaron todo lo que se les había prometido y más y no tardaron en atiborrarse de comida a su plena satisfacción. Cuando se llenaron, se giraron a Abu Nuwas y le dijeron que decidiese quién de los tres era más hermoso. Besó al primero y exclamó: "Bendito sea el Señor, que hizo esta mejilla imberbe". Besó al segurndo dos veces y dijo "Este encanto tiene en su mejilla un lunar perfecto ¡Bendice, oh, al Profeta!". Atrajo tras ello al tercero hacia sí y, tras besarlo media docena de veces, exclamó: "Oro fundido en copas de plata me habéis echado, y manchado vuestros dedos con el vino, delgado cervatillo de pantalones bombachos, si tan sólo me hubieseis mirado, estaría igual de ebrio."

Y así se le pasó la noche, bebiendo y besando y abrazando a los muchachos, transportado por el placer y el goce, sin sentido de pecado o de vergüenza, cantando: "Quien no sabe lo que son los muchachos no sabe lo que es la alegría, la maravillosa cosecha del placer que recibo, bebamos nuestro vino y jodamos ya, para dormirnos."

Cuando estaban todos totalmente embriagados y entrelazados, llamaron a la puerta y cuando dijeron a quien fuera que pasaba, resultó ser nada menos que el gobernador del país, el mismísimo Califa Harún al-Rachid. Cuando vieron quién era, se levantaron todos y besaron el suelo ante él. "Se os saluda, Abu Nuwas" dijo. "A vuestro servicio, Comendador de los Creyentes, que Alá os dé larga vida" contestó. Preguntó el Califa: "¿Qué está pasando aquí?". El poeta contestó: "Está claro, oh Príncipe, que lo que ocurre aquí está más allá de las preguntas y de las respuestas.".

Dijo el califa: "Oh, Abu Nuwas, he buscado la iluminación de Alá todopoderoso, y he decidido nombrarte juez de chulos y de putas". "Realmente, preguntó Abu Nuwas, me designa su Alteza para tan alto cargo?". A lo que respondió el Califa: "Sí, te designo". Con lo que repuso Abu Nuwas: "Entonces, quizás es que vuestra majestad ha venido a plantearme algún caso". A lo que el Califa, furioso, giró sobre sus talones y salió, pasando la noche rabioso con Abu Nuwas, quien llenó la noche de goce y disfrute en compañía de sus amigos.

Cuando rompió el día, Abu Nuwas despachó a sus amigos, se puso su ropa de juez y se dirigió al palacio del Califa. Era la costumbre del Comendador de los Creyentes que cuando acababa el Diwan (la audiencia de peticiones de cada día) se retiraba a su salón y allí llamaba a sus poetas, a sus amigos y a sus músicos; todos tenían allí un sitio determinado por su título y rango. Y así, también ese día, al retirarse a su salón, todos sus amigos ocuparon sus sitios, según su título y rango.

En ese momento, entró Abu Nuwas, que iba a sentarse en su sitio de costumbre, cuando el Califa llamó a gritos a Masrur, el espadachín, y le ordenó que desnudase al poeta, pusiese una silla en su espalda, un arnés al cuello y que le condujese a cuatro patas a los aposentos de las esclavas y a las salas del harén, para que las mujeres se rieran de él, y luego se le cortase la cabeza y se la trajeran en una bandeja. "Oír y obedecer" respondió Masrur y, haciendo con Abu Nuwas lo que el Califa le había ordenado, le llevó a los aposentos de las mujeres. Pero Abu Nuwas era un hombre divertido y las hizo reir a todas con sus payasadas, y muchas sintieron pena de él y le cubrieron de oro y joyas, así que cuando volvió en presencia del califa tenía una bolsa llena con un tesoro.

Entonces, Ja'afar al-Barmaki, el visir (consejero) más respetado del califa, que se había ausentado por asuntos de estado importantes, vino y, reconociendo en aquella bestia de carga al poeta, le saludó: "Salaam alecum, Abu Nuwas.". "A vuestro servicio, mi señor". Preguntó Ja'afar: "¿Qué delito habéis conocido para haceros merecedor de tal castigo?" A ello respondió: "Ninguno en absoluto, mi señor, sólo haber regalado a nuestro señor el Califa lo mejor de mi poesía, y él me regaló a su vez sus mejores atuendos". Cuando el Comendador de los Creyentes oyó estas palabras, rió a pesar suyo, perdonó a Abu Nawas y le dio otro talego con dinero.
Reescrito a partir de la traducción de Richard F. Burton, Heritage Press, Nueva York, 1934, quien se inspiró en una recopilación de leyendas de hace unos mil años.

Imagen
el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Imagen

Un joven, llamado Badr, había mantenido en su juventud amistad con otras notorias bellezas de Basora, entre los que había incluso alcahueteado en ocasiones. Abu-Nuwas había sido uno de sus amantes, bajo el manto discreto de que les proveía la amistad que les unía. Luego se separaron, pasó mucho tiempo y no volvieron a verse.

Muchos años después, contó esta historia:

Un día, estaba en Bagdad con mis hijos cuando me tropecé con Abu Nuwas, que cabalgaba una mula gris y quien, obviamente, me había reconocido. A mí me resultaba familiar pero no caía en su nombre ni por equivocación. Me saludó y, como estaba quieto y mirándole con asombro, me dijo "Maldito seas, oh Badr ¿No me reconoces?" Y ante mi negativa, dijo "Soy Abu Nuwas".

Empecé a preguntarle qué tal le había ido pero él sólo quería saber una cosa: ¿Quiénes son esos muchachos que te acompañan". "Son mis hijos" respondí. "Bendito sea Alá, nuestro Señor misericordioso", exclamó. "Y pensar que hubo un tiempo en el que podrías haberme hecho un hijo, lo que con seguridad, lo que habrías conseguido de haberte quedado algún tiempo más y haber tenido fruto nuestra unión".

"Piérdete, y que Alá te maldiga, feo". Le contesté y diciendo que Alá maldijese todos sus actos. "No obstante, lo que yo cuento es verdad" contestó conteniéndose, y se marchó cabalgando, riendo sin parar.
Reescrito según la versión francesa de Ahmed al-Tifashi The delights of Hearts, traducida por Rene Khawam.


el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Imagen

Un joven, llamado Badr, había mantenido en su juventud amistad con otras notorias bellezas de Basora, entre los que había incluso alcahueteado en ocasiones. Abu-Nuwas había sido uno de sus amantes, bajo el manto discreto de que les proveía la amistad que les unía. Luego se separaron, pasó mucho tiempo y no volvieron a verse.

Muchos años después, contó esta historia:

Un día, estaba en Bagdad con mis hijos cuando me tropecé con Abu Nuwas, que cabalgaba una mula gris y quien, obviamente, me había reconocido. A mí me resultaba familiar pero no caía en su nombre ni por equivocación. Me saludó y, como estaba quieto y mirándole con asombro, me dijo "Maldito seas, oh Badr ¿No me reconoces?" Y ante mi negativa, dijo "Soy Abu Nuwas".

Empecé a preguntarle qué tal le había ido pero él sólo quería saber una cosa: ¿Quiénes son esos muchachos que te acompañan". "Son mis hijos" respondí. "Bendito sea Alá, nuestro Señor misericordioso", exclamó. "Y pensar que hubo un tiempo en el que podrías haberme hecho un hijo, lo que con seguridad, lo que habrías conseguido de haberte quedado algún tiempo más y haber tenido fruto nuestra unión".

"Piérdete, y que Alá te maldiga, feo". Le contesté y diciendo que Alá maldijese todos sus actos. "No obstante, lo que yo cuento es verdad" contestó conteniéndose, y se marchó cabalgando, riendo sin parar.
Reescrito según la versión francesa de Ahmed al-Tifashi The delights of Hearts, traducida por Rene Khawam.

http://www.monografias.com/trabajos55/h ... lus2.shtml

el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
Hay hombres a quien las mujeres agradan
y que agradan a las mujeres.
En cuanto a mi, es el joven viril
quien me encanta
Surge una blancura

de las vestimentas holgadas.
Bajo la cintura, línea del horizonte,
se eleva repentinamente la luna.
Su rostro te implora,
sólo con el juego de su belleza.
Le haces prologar tu placer,
ver cómo te mira.
Su mirada repleta de dulzura,
cálida, bajo los párpados,
gritando a la injusticia.
Y miras esa visión lunar,
inflamada del mismo deseo
!Ah, que la marea desborde
inundando ese bello jardín!


Abu Nuwas (Poeta iraní 768 - 815 d.C)

el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Avatar de Usuario
alfpeen
Usuario Diamante
Usuario Diamante
Mensajes: 2758
Registrado: 27 Jul 2009 19:10
Ubicación: Valencia
Agradecido: 0
Agradecimiento recibido: 0
POETAS ÁRABES DEL PAÍS VALENCIANO 1
Margarita LACHICA
Universidad de Alicante

Calificamos de arábigo-valencianos, tanto a aquéllos poetas islámicos nacidos en los territorios que hoy forman parte del País Valenciano, como a aquéllos que se ligaron a él con su obra y con su vida, nos sea o no conocido el lugar de origen. Los que vamos a mencionar aquí son los siguientes:
Ibn Darráy al-Qastallí, Ibn al-Labbana de Denia, Ibn al-YamanT, Abü-I-Walid Hissam Ibn Ahmad AI-KinanTal-Waquasi, Abü Salt, Ibn García, Abü Abd-Allah ibn Aixa, Ibn Halsa, Ibn Jafaya de Alcira, Ibn al-BinnT o Ibn al-BattT, Ibn Tahir, Ibn Labbün de Murviedro, Ibn Ruhaim, Ibn al-Zaqqaq, Ibn Mujdar, AI-RusafT, Abü Yafar al-Waqqaci, Abü yafar Ibn Atiq, Abü-La-Qasim Abd-al-Rahman ibn Jarsus, Abü-I-Hasan 'AlT Ibn Sad Al Jair, Abü 'AlT al-Husayn al-Naxxar, Ibn al-ArabTde Murcia, Ibn Marj al-Kuhl, Abü-I.MunsafT, 'AlT Ibn Hariq, Ibn Talha, Ibn Amira y, por último, Ibn al-Abbar.
La Bibliografía actual nos da muy pocos datos biográficos de estos poetas.

Tantos siglos de historia olvidada apenas si nos permiten, hoy, conocer algunas referencias mínimas, que nos hablen de la vida suya, de dónde nacieron y murieron, de cuáles fueron sus oficios o estudios y poca cosa más. De algunos, ni siquiera nos han llegado datos elementales y solamente sabemos de ellos el lugar de origen, el nombre de familia y algún que otro fragmento de la obra poética, o si ocupó algún cargo importante en la sociedad. Quizá por ésto el deseo de recordarlos ahora, intenta ser un
desagravio a tanto recuerdo borrado. Al fin y al cabo, ellos vivían y amaban el mismo territorio que nosotros habitamos y estimamos hoy. No hay noticia de ningún poeta árabe de origen valenciano antes de la aparición de Ibn al-Labbana de Denia (s.XI).

Veintitantos poetas en poco de más de dos siglos, es un número, bastante representativo, de cuál fue la contribución de los árabes valencianos al conjunto de la poesía árabe de Occidente.
Según diccionarios biobibliográficos de Al-Andalus se pueden contar, entre el siglo XII y primer tercio del XIII, cerca de 201 sabios de Valencia; 105 letrados en Játiva; 60 en Denia; 18 en Onda; 21 en Llíria; 33 en Alcira y otros muchos en pequeñas poblaciones como Sogorb, Bairén, Concentaina ...

IBN DARRAY AL-QASTALLI
Abü Umar Ibn Muhammad Ibn Sulaymán Ibn Darráy al-QastálIT.
Este poeta pasó en Valencia y Játiva 22 años cerca de los reyezuelos taifas Mubarak y Muddafar en Valencia y Játiva; la 3a fase de su vida la vivió en Denia, en la corte del rey Muyahid y en esta ciudad permaneció hasta su muerte ocurrida el 21 de junio de 1030 a los 72 años. Su nacimiento fue en Cazalilla (Jaén).
Muyahid tenía a Denia como capital de sus estados. Era muy versado y supo atraer a la gente ilustrada honrándola con distinciones, al mismo tiempo que la recompensaba.
El profesor egipcio Mahmud 'AlT MakkT hizo un estudio sobre Ibn Darráy en el Boletín de la Real Academia de Bellas Letras de Barcelona en 1963 y dice, que no se sabe cuántos años vivió Ibn Darráy en Denia.
Muchos autores árabes a partir de 1038 hacen grandes elogios del poeta. Ibn Jaldún (1406) lo nombra como uno de los más gloriosos poetas de la literatura árabe en España.
Su obra literaria está recogida en un Diwán que consta de 632 páginas, de las que 534 la ocupan 163 poemas y algunos fragmentos en prosa. Lo publicó 'AlT MakkT en Damasco en 1961.
Además de su valor, puramente literario y estético es fuente documental sobre los acontecimientos en España. Dedicó poemas a los reyezuelos taifas valencianos Mubarak, Muddafar y al de Denia, Muyahid.

IBN AL-LABBANA DE DENIA
Alrededor del rey Al-Mutamid de Sevilla había poetas como Ibn al- Labbana. Abü Bakr Ibn 'Isa al-Daní, más conocido como Ibn al-Labbana que significa "hijo de la lechera", nació en Benisa durante el reino de taifa de Denia, en fecha no muy clara del siglo XI, y es considerado como uno de los máximos representantes de la lírica árabe de Al-Andalus.
Ibn al-Labbana, lejos de su tierra natal, después de recorrer algunos de los reinos más cultos y afamados era un poeta reconocido de la corte sevillana, la más lujosa y refinada de al-Andalus. Pertenecía a la Academia que agrupaba a aquellos compositores que, oficialmente, superaban la admisión, en tiempo de al-Mutamid.
Junto con Ibn Zaydún de Córdoba; con Ibn 'Arrimar de Silves y con el propio al-Mutamid configuran el siglo de oro de la poesía arábigo-andaluza, que es el siglo XI.
De Ibn al-Labbana lo que más se destaca, tanto de su vida como de su obra es la fidelidad y la gratitud con que respondió, cuando la hecatombe final destruyó a los 'abbadíes de Sevilla.
Yusuf, el almorávide, acabó con los reinos taifas, Sevilla fue tomada a los 'abbadíes el nueve o diez de septiembre y con ella su reyezuelo al Mutámid. En estos momentos de derrota los versos de Ibn al-Labbana consiguen ser magistrales. Su lealtad queda reflejada en ellos cuando llora la derrota de los 'abbadíes y describe cómo embarcó al-Mutámid en el puerto de Triana hacia el destierro de Agmat.
Canta la agonía de un tiempo; de una Historia; de un momento cultural. Y no sólo escribe la ruina de Sevilla y de la corte 'abbadí; sino que llora la derrota de su mundo y de él mismo que, de ahora en adelante, no sabrá dónde parar y andará errante.
Hasta última hora Ibn al-Labbana siguió a al-Mutámid que fue deportado hacia la prisión de Agmat, cerca de Meknés. No entró al servicio de ningún otro señor hasta que al-Mutámid murió.
De Ibn al-Labbana es conocida una muwassaha, composición de las consideradas populares, a pesar de ser uno de los mejores poetas cortesanos del siglo XI. El hecho no quiere decir nada peyorativo, ya que hasta el propio rey al-Mutámid llegó a cultivar este género; en todo caso significa que este estilo no era menospreciado por los mejores poetas cortesanos ya, en la época de los reyes de Taifas, aunque tenido por poco académico. Esta muwassaha de Ibn al-Labbana que lleva el número 29 de
la serie que García Gómez ofreció en su libro Las Jarchas romances de la serie árabe en sus marco, es un panegírico dedicado al reyezuelo de Toledo al-Mamún (1037-1075). Esto puede llevarnos a considerar la composición como una pieza de la juventud del poeta.
La muwassaha se inicia con un preludio, sigue dando una definición de la vida muy propia de la época y termina, después de los indispensables elogios al monarca toledano, con una estrofa en romance que canta una joven a orilla del mar.
Podemos decir que el mar, que tantas veces había servido de imagen poética a Ibn al-Labbana fue el que le ofreció la última compañía: acabó sus días en la isla de Mallorca.
Algunas noticias históricas nos dicen que pasó por Bujía y que poco después entró en la corte de Nasr al-Dawla, rey de Mallorca. Murió allí el año 1113. También los reinos de Taifas habían muerto y con ellos su esplendor y cultura. Ibn al-Labbana de Denia supo cantar la emoción de su agonía, tal vez, como ningún otro poeta.
Fue contemporáneo de Ibn Ammar de Silves que fue uno de los mejores poetas del momento, en la corte de al-Mutámid del que era amigo íntimo. Se enteró Ibn al-Labbana de que había hablado mal de él y le respondió con una sátira que decía:
Sus costumbres, oh pueblo, quieren competir con las mías
Opuestos somos en todo y nada nos une:
Yo soy "hijo de lechera" y él de un verdugo.
el mundo es amplio y la diversidad humana también, conócelos:abrazoamarillo:
Responder
 
  • Publicidad +