La Iglesia católica argentina exhortó hoy al jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, a evitar que se lleve a cabo la boda entre dos homosexuales que autorizó la justicia local.
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, dijo en un comunicado que "dado que el Poder Ejecutivo de la ciudad es el garante de la legalidad, el señor jefe de Gobierno, a través del Ministerio Público, tiene la obligación de apelar el fallo".
La víspera, la jueza en lo Contencioso Administrativo de la Capital Federal, Elena Liberatori, reavivó el debate sobre el matrimonio homosexual al ordenar al Registro Civil que le otorgara un turno a una pareja de dos hombres.
Horas después, Macri anunció que no apelaría la decisión, lo que dio vía libre para que, después de años de lucha de la comunidad homosexual, se puedan concretar las bodas entre personas de un mismo sexo.
Sin embargo, la Iglesia católica reaccionó este miércoles y Bergoglio advirtió que el fallo de Liberatori es contrario a la legislación vigente que regula el matrimonio como una entidad civil integrada por un hombre y una mujer.
"Desde épocas ancestrales el matrimonio se entiende como la unión entre el varón y la mujer y su reafirmación no implica discriminación alguna", señaló.
En noviembre del año pasado, ante una situación similar, Bergoglio ganó la batalla, porque la jueza Gabriela Seijas había autorizado la boda de Alex Freyre y José María Di Bello y Macri avisó por la red social Facebook que no apelaría.
Luego de ser regañado por el cardenal, el jefe de Gobierno se echó para atrás y desautorizó la ceremonia, razón por la cual Freyre y Di Bello terminaron casándose en la patagónica provincia de Tierra del Fuego.
Los dos jóvenes argentinos se convirtieron así en la primera pareja homosexual en casarse en América Latina, pero siguen luchando junto con diferentes organizaciones para que se legisle el derecho a estas uniones y se terminen los debates.
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, dijo en un comunicado que "dado que el Poder Ejecutivo de la ciudad es el garante de la legalidad, el señor jefe de Gobierno, a través del Ministerio Público, tiene la obligación de apelar el fallo".
La víspera, la jueza en lo Contencioso Administrativo de la Capital Federal, Elena Liberatori, reavivó el debate sobre el matrimonio homosexual al ordenar al Registro Civil que le otorgara un turno a una pareja de dos hombres.
Horas después, Macri anunció que no apelaría la decisión, lo que dio vía libre para que, después de años de lucha de la comunidad homosexual, se puedan concretar las bodas entre personas de un mismo sexo.
Sin embargo, la Iglesia católica reaccionó este miércoles y Bergoglio advirtió que el fallo de Liberatori es contrario a la legislación vigente que regula el matrimonio como una entidad civil integrada por un hombre y una mujer.
"Desde épocas ancestrales el matrimonio se entiende como la unión entre el varón y la mujer y su reafirmación no implica discriminación alguna", señaló.
En noviembre del año pasado, ante una situación similar, Bergoglio ganó la batalla, porque la jueza Gabriela Seijas había autorizado la boda de Alex Freyre y José María Di Bello y Macri avisó por la red social Facebook que no apelaría.
Luego de ser regañado por el cardenal, el jefe de Gobierno se echó para atrás y desautorizó la ceremonia, razón por la cual Freyre y Di Bello terminaron casándose en la patagónica provincia de Tierra del Fuego.
Los dos jóvenes argentinos se convirtieron así en la primera pareja homosexual en casarse en América Latina, pero siguen luchando junto con diferentes organizaciones para que se legisle el derecho a estas uniones y se terminen los debates.