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Sobre la Iglesia Católica y la homosexualidad (recopilación de temas)
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sherekii32
- IneXperto
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cuando alguien tiene muy bien definida su sexualidad y esta conciente de que es su vocacion el sacerdocio, no hay problema por que no pueda tomar sus votos, siempre y cuando no tenga alguna enfermedad transmitida sexualmente, como el sida, de hecho ahora es requisito indispensable que para ingresar te realices la prueba del vih, asi que mientras no practiques tus preferencias sexuales no hay problema para ingresar
[font="Comic Sans MS"]Manuel C.
[/font]
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Elvinet Costa
- Usuario Diamante
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lo unico ke puedo decir a este tema de las religiones, es de ke hace casi 2000 años un grupo de personas se hayan basado en la vida y obra de un luchador social hebreo que a mi humilde consideración, fue uno de los primeros socialistas en la tierra,y como este grupo de personas corrompidas por el poder hayan matado, saqueado, torturado y mentido en su nombre? es lo ke no me explico, por eso no creo en ninguna religión, creo en un ser todopoderoso, mas no en las iglesias y religiones, aclaro
Elvinet Costa escribió:lo unico ke puedo decir a este tema de las religiones, es de ke hace casi 2000 años un grupo de personas se hayan basado en la vida y obra de un luchador social hebreo que a mi humilde consideración, fue uno de los primeros socialistas en la tierra,y como este grupo de personas corrompidas por el poder hayan matado, saqueado, torturado y mentido en su nombre? es lo ke no me explico, por eso no creo en ninguna religión, creo en un ser todopoderoso, mas no en las iglesias y religiones, aclaro
Bueno, no ha sido precisamente la religión, ya que de hecho muchos gobiernos quisieron ampararse con ella y utilizarla para sus propios intereses, de ahí que no sea culpa propiamente de la religión sino de aquellos que la han rodeado a lo largo de la historia.
Por otra parte, a mi parecer esta afirmación es como decir: yo creo en el fútbol pero no creo en los futbolistas, yo creo en la cocina pero no creo en los cocineros, etc. Pero bueno, ese es mi punto personal, y como dije hace algunos mensajes, la religión no obliga a nadie (por lo menos actualmente) a seguirla.
Un saludo.
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anticristo
- Xperto
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pelopio06 escribió:Ser cura es ser parte de la Iglesia, una institución reaccionaria y represora, que condena la práctica de la homosexualidad, así como cualquier libre elección de las personas sobre su sexualidad, su cuerpo, y muchas cosas más.
Si alguien está de acuerdo con sus normas, y quiere ser cura o lo que sea, tiene la libertad de hacerlo, pero no será gay si se mete en la iglesia. En todo caso, tendrá alguna práctica homosexual oculta y culposa, eso no es ser gay
da placer leer este tipo de cosas...
decía la proclama anarquista:
"La única iglesia que ilumina es la que arde"
Y cuanta razón!! cuánta razón....
La iglesia es una institución fundada sobre mecanismos de opresión y cercenamiento de las libertades individuales. La iglesia se sostiene en dogmas, es decir en la negación de toda posibilidad de discurrir y devenir con sujetos libres y deseantes, curiosos y con capacidad de interrogación porque el dogma es justamente cerrar el sentido, poner la respuesta por la respuesta misma y no pensar la respuesta en función de la pregunta y sus posibilidades.
Cualquiera puede ser funcional a los aparatos ideológicos de estado, a los mecanismos de represión (lo que es lo mismo que decir el amor de cristo... hay amores que matan muchachos)...
Si tomamos el concepto de gay tal como se acuño, es decir a partir de la revuelta de stonewall y de la reivindicación de las identidades singulares, entonces no se puede ser cura, es decir mutilar individualidades en función del dogma y a la vez manifestar la libertad de construir la propia identidad desde lo gay. La iglesia condenó y satanizó durante toda la historia, y lo sigue haciendo, la homosexualidad, por lo tanto no se puede ser un homosexual libre y representarla al mismo tiempo.
Anticristo.
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anticristo
- Xperto
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pelopio06 escribió:Ser cura es ser parte de la Iglesia, una institución reaccionaria y represora, que condena la práctica de la homosexualidad, así como cualquier libre elección de las personas sobre su sexualidad, su cuerpo, y muchas cosas más.
Si alguien está de acuerdo con sus normas, y quiere ser cura o lo que sea, tiene la libertad de hacerlo, pero no será gay si se mete en la iglesia. En todo caso, tendrá alguna práctica homosexual oculta y culposa, eso no es ser gay
da placer leer este tipo de cosas...
decía la proclama anarquista:
"La única iglesia que ilumina es la que arde"
Y cuanta razón!! cuánta razón....
La iglesia es una institución fundada sobre mecanismos de opresión y cercenamiento de las libertades individuales. La iglesia se sostiene en dogmas, es decir en la negación de toda posibilidad de discurrir y devenir con sujetos libres y deseantes, curiosos y con capacidad de interrogación porque el dogma es justamente cerrar el sentido, poner la respuesta por la respuesta misma y no pensar la respuesta en función de la pregunta y sus posibilidades.
Cualquiera puede ser funcional a los aparatos ideológicos de estado, a los mecanismos de represión (lo que es lo mismo que decir el amor de cristo... hay amores que matan muchachos)...
Si tomamos el concepto de gay tal como se acuño, es decir a partir de la revuelta de stonewall y de la reivindicación de las identidades singulares, entonces no se puede ser cura, es decir mutilar individualidades en función del dogma y a la vez manifestar la libertad de construir la propia identidad desde lo gay. La iglesia condenó y satanizó durante toda la historia, y lo sigue haciendo, la homosexualidad, por lo tanto no se puede ser un homosexual libre y representarla al mismo tiempo.
Anticristo.
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crossbonez
- Xperto
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en mi pais al menos esta prohibido y no admiten gays en los seminarios,.
Los homosexuales para la Iglesia Católica.
El padre jesuita y teólogo Carlos Novoa sostiene que las personas homosexuales son discriminadas. "La comunidad católica está de acuerdo con la ley de la república que da derechos patrimoniales y seguridad social a las parejas homosexuales, la cual se halla en curso de aprobación en nuestro Congreso Nacional".
~~~~~~~~
“Las (os) homosexuales son hijas e hijos de Dios, sujetos de una radical dignidad e igualdad, y por ningún motivo deben ser discriminados”. Con estas palabras y en muchas ocasiones Juan Pablo II se refirió a los homosexuales. Para ciencias tan sólidas como la psiquiatría, la psicología, la sexología o la medicina, la homosexualidad no es una aberración, sino simplemente una legítima definición sexual en la cual se hallan muchas personas no por decisión propia, así como en el caso de los heterosexuales.
En esta misma óptica se ubica el Catecismo de la Iglesia Católica, que es la presentación de los principios fundamentales de la fe católica, publicado por Juan Pablo II en 1992: “La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. … Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual” (Catecismo de la Iglesia Católica, # 2357 y 2358).
Por desgracia las personas que experimentan atracción sexual hacia su mismo género son tremendamente incomprendidas, discriminadas y hasta perseguidas. Topamos acá con un atávico y secular vicio humano como es el de la discriminación. En un pésimo manejo del ego con frecuencia la humanidad se ha afirmado y se afirma, rechazando todo lo diverso a sí mismo. En otros términos, solo hay cabida para el yo y mis intereses egoístas, todo lo demás no cuenta y los otros deben someterse a mis dictados.
La imposición despótica del ego es una tentación que a todos nos atraviesa, siendo la causa de grandes desgracias a lo largo de la historia de la humanidad y en la sociedad contemporánea como son los gobiernos dictatoriales, las guerras, la pobreza, el machismo, el desprecio por los negros, los ancianos y los enfermos. Frente a este despotismo emerge otra alternativa más sugerente y enriquecedora para todos, como es el camino de salir al otro en respeto y gratuidad, empeñados en el desarrollo recíproco en el respeto de la diferencia. Este camino del otro también llamado la alteridad, nos hace crecer a todos y es la fuente de la auténtica felicidad y realización humana, ya que en él garantizamos que cada cual realice su identidad y no se avoque a la tragedia de vivir la imposición de estilos ajenos.
Por ésto la Iglesia Católica defiende a los homosexuales de toda exclusión o rechazo. Esta última realidad dolorosamente hace que el ámbito de la homosexualidad “constituya para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (Catecismo de la Iglesia Católica, # 2358).
Con más fuerza y contundencia se manifiesta a este propósito el Cardenal Ratzinger, hoy el papa Benedicto XVI, en un documento suyo cuando el era el Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano: “Es deplorable que las personas homosexuales hayan sido y sean objeto de una violencia malévola, tanto de palabra como con acciones. Estos desafueros exigen ser condenados por todos los obispos de la Iglesia Católica en cualquier momento y lugar donde estos ocurran. Estos abusos revelan un tipo de discriminación contra las personas los cuales ponen en peligro los más fundamentales principios de una sociedad civilizada. La intrínseca dignidad de cada persona tiene que ser siempre respetada con la palabra, con los comportamientos y con el derecho. Dichos desafueros conforman auténticos crímenes cometidos contra las personas homosexuales” (CONGREGATION FOR THE DOCTRINE OF THE FAITH, Letter to the bishops of the catholic church on the pastoral care of homosexual persons, Rome, October 1, 1986, http://www.vatican.va diciembre 14, 2006. La traducción del inglés es mía).
De la misma manera se manifiesta el Cardenal Ratzinger en otro texto de su autoría, cuando desempeñaba el mismo cargo: “Según la enseñanza de la Iglesia, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deber ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará respecto a ellos todo signo de discriminación injusta. … La conciencia moral exige ser testigo en toda ocasión, de la verdad moral integral, a la cual se opone … la injusta discriminación de las personas homosexuales” (SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, Roma, junio 3, 2003, http://www.vatican.va diciembre 14, 2006).
Según lo expuesto, la comunidad católica está de acuerdo con la ley de la república que da derechos patrimoniales y seguridad social a las parejas homosexuales, la cual se halla en curso de aprobación en nuestro Congreso Nacional. Se trata de un derecho elemental propio de dos personas unidas por el afecto, y que se apoyan durante su vida. Sin duda, desde este ámbito jurídico, es el mismo caso de un hijo que vive con su madre y la apoya en todo hasta su ancianidad y muerte. La ley reconoce a este hijo los mencionados derechos en relación con su progenitora.
Confirma lo anterior las declaraciones dadas a los medios de comunicación a mediados del mes de octubre pasado, por el presidente y el secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, los obispos Luis Augusto Castro y Fabián Marulanda, en las cuales ellos afirmaron que para la comunidad católica no era ningún problema la aprobación legal de los derechos patrimoniales y la seguridad social para las parejas homosexuales.
¿QUIÉN ES EL AUTOR DE LA COLUMNA?
Sacerdote Jesuita. Profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá Colombia. Doctor en Ética Teológica, Licenciado en Filosofia y Teólogo por la misma Universidad. Docente e investigador de Ética en las Facultades de Arquitectura y Diseño, Derecho, Medicina y Teología del mismo centro universitario. Mágister en Etica Teológica, Pontificia Universidad Gregoriana, Roma, Italia. Profesor de ética en la Escuela Superior de Guerra de las Fuerzas Militares de Colombia. Ha publicado siete libros y más de cuarenta artículos en revistas especializadas. [email protected]
El padre jesuita y teólogo Carlos Novoa sostiene que las personas homosexuales son discriminadas. "La comunidad católica está de acuerdo con la ley de la república que da derechos patrimoniales y seguridad social a las parejas homosexuales, la cual se halla en curso de aprobación en nuestro Congreso Nacional".
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“Las (os) homosexuales son hijas e hijos de Dios, sujetos de una radical dignidad e igualdad, y por ningún motivo deben ser discriminados”. Con estas palabras y en muchas ocasiones Juan Pablo II se refirió a los homosexuales. Para ciencias tan sólidas como la psiquiatría, la psicología, la sexología o la medicina, la homosexualidad no es una aberración, sino simplemente una legítima definición sexual en la cual se hallan muchas personas no por decisión propia, así como en el caso de los heterosexuales.
En esta misma óptica se ubica el Catecismo de la Iglesia Católica, que es la presentación de los principios fundamentales de la fe católica, publicado por Juan Pablo II en 1992: “La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. … Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual” (Catecismo de la Iglesia Católica, # 2357 y 2358).
Por desgracia las personas que experimentan atracción sexual hacia su mismo género son tremendamente incomprendidas, discriminadas y hasta perseguidas. Topamos acá con un atávico y secular vicio humano como es el de la discriminación. En un pésimo manejo del ego con frecuencia la humanidad se ha afirmado y se afirma, rechazando todo lo diverso a sí mismo. En otros términos, solo hay cabida para el yo y mis intereses egoístas, todo lo demás no cuenta y los otros deben someterse a mis dictados.
La imposición despótica del ego es una tentación que a todos nos atraviesa, siendo la causa de grandes desgracias a lo largo de la historia de la humanidad y en la sociedad contemporánea como son los gobiernos dictatoriales, las guerras, la pobreza, el machismo, el desprecio por los negros, los ancianos y los enfermos. Frente a este despotismo emerge otra alternativa más sugerente y enriquecedora para todos, como es el camino de salir al otro en respeto y gratuidad, empeñados en el desarrollo recíproco en el respeto de la diferencia. Este camino del otro también llamado la alteridad, nos hace crecer a todos y es la fuente de la auténtica felicidad y realización humana, ya que en él garantizamos que cada cual realice su identidad y no se avoque a la tragedia de vivir la imposición de estilos ajenos.
Por ésto la Iglesia Católica defiende a los homosexuales de toda exclusión o rechazo. Esta última realidad dolorosamente hace que el ámbito de la homosexualidad “constituya para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” (Catecismo de la Iglesia Católica, # 2358).
Con más fuerza y contundencia se manifiesta a este propósito el Cardenal Ratzinger, hoy el papa Benedicto XVI, en un documento suyo cuando el era el Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano: “Es deplorable que las personas homosexuales hayan sido y sean objeto de una violencia malévola, tanto de palabra como con acciones. Estos desafueros exigen ser condenados por todos los obispos de la Iglesia Católica en cualquier momento y lugar donde estos ocurran. Estos abusos revelan un tipo de discriminación contra las personas los cuales ponen en peligro los más fundamentales principios de una sociedad civilizada. La intrínseca dignidad de cada persona tiene que ser siempre respetada con la palabra, con los comportamientos y con el derecho. Dichos desafueros conforman auténticos crímenes cometidos contra las personas homosexuales” (CONGREGATION FOR THE DOCTRINE OF THE FAITH, Letter to the bishops of the catholic church on the pastoral care of homosexual persons, Rome, October 1, 1986, http://www.vatican.va diciembre 14, 2006. La traducción del inglés es mía).
De la misma manera se manifiesta el Cardenal Ratzinger en otro texto de su autoría, cuando desempeñaba el mismo cargo: “Según la enseñanza de la Iglesia, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deber ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará respecto a ellos todo signo de discriminación injusta. … La conciencia moral exige ser testigo en toda ocasión, de la verdad moral integral, a la cual se opone … la injusta discriminación de las personas homosexuales” (SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, Roma, junio 3, 2003, http://www.vatican.va diciembre 14, 2006).
Según lo expuesto, la comunidad católica está de acuerdo con la ley de la república que da derechos patrimoniales y seguridad social a las parejas homosexuales, la cual se halla en curso de aprobación en nuestro Congreso Nacional. Se trata de un derecho elemental propio de dos personas unidas por el afecto, y que se apoyan durante su vida. Sin duda, desde este ámbito jurídico, es el mismo caso de un hijo que vive con su madre y la apoya en todo hasta su ancianidad y muerte. La ley reconoce a este hijo los mencionados derechos en relación con su progenitora.
Confirma lo anterior las declaraciones dadas a los medios de comunicación a mediados del mes de octubre pasado, por el presidente y el secretario de la Conferencia Episcopal Colombiana, los obispos Luis Augusto Castro y Fabián Marulanda, en las cuales ellos afirmaron que para la comunidad católica no era ningún problema la aprobación legal de los derechos patrimoniales y la seguridad social para las parejas homosexuales.
¿QUIÉN ES EL AUTOR DE LA COLUMNA?
Sacerdote Jesuita. Profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá Colombia. Doctor en Ética Teológica, Licenciado en Filosofia y Teólogo por la misma Universidad. Docente e investigador de Ética en las Facultades de Arquitectura y Diseño, Derecho, Medicina y Teología del mismo centro universitario. Mágister en Etica Teológica, Pontificia Universidad Gregoriana, Roma, Italia. Profesor de ética en la Escuela Superior de Guerra de las Fuerzas Militares de Colombia. Ha publicado siete libros y más de cuarenta artículos en revistas especializadas. [email protected]
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anticristo
- Xperto
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Las iglesias se constituyen desde y para la opresión, funcionan en ese sentido. Son instituciones que nuclean el funcionamiento de otras como la familia (que nada tiene que ver con el amor, que pasa por otro lado) y que responden al funcionamiento del capitalismo y de las relaciones de producción y de género entre las personas.
Como toda institución de derecha la iglesia apoya la represión, el borramiento de las diferencias, los genocidios y las estructuras recalcitrantes del poder dominante. Sólo en este contexto la iglesia puede afirmar que Pinochet mira de cara a Dios en la misa que le hicieron al dictador por sus funerales.
Da vergüenza ajena ver y escuchar las cosas que dicen y hacen porque son detentores de las peores injusticias utilizando como armas el dogma y el terror del hombre frente al existencialismo de la muerte.
Cierro el comentario con una proclama anarquista que leí el otro día escrita sobre la catedral argentina y que me arrancó una sonrisa:
"La única iglesia que ilumina es la que arde"
Como toda institución de derecha la iglesia apoya la represión, el borramiento de las diferencias, los genocidios y las estructuras recalcitrantes del poder dominante. Sólo en este contexto la iglesia puede afirmar que Pinochet mira de cara a Dios en la misa que le hicieron al dictador por sus funerales.
Da vergüenza ajena ver y escuchar las cosas que dicen y hacen porque son detentores de las peores injusticias utilizando como armas el dogma y el terror del hombre frente al existencialismo de la muerte.
Cierro el comentario con una proclama anarquista que leí el otro día escrita sobre la catedral argentina y que me arrancó una sonrisa:
"La única iglesia que ilumina es la que arde"
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jakob-mxli
- AprendiX
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la verdad yo soy creyente osea que creo en dios pero de ahi a que haga lo que los curas digan es completamente X la verdad soy gay y me amo y respeto como gay pero lo que diga o deje de decir el padrecito o un pendejo con naguas me vale yo como, respiro, cogo y trabajo igual asi que lo que ellos digan me vale un puritito 
aja:
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